IM MÉDICO #59

im MÉDICO | 59 73 Una aplicación real en el medio plazo Diciembre de 2022 ha sido la fecha en la que se finalizaba el proyecto, que se culminaba con la presentación de la prueba de concepto, un “prototipo muy básico” con el que se buscaba demostrar la respuesta de la biopila a las funciones asignadas. A partir de ese momento, la continuidad dependerá de “las aplicaciones que vayan surgiendo o el interés” que genere. “Porque la aplicación es determinante”, sentencia García, para saber quién necesita estos dispositivos y para qué. Por el momento, el equipo del ITE (que forma parte de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana, REDIT) busca conocer “la respuesta en flujo” (pensada para su aplicación final) y permitir dar el siguiente paso “de sacar la biopila del vaso de laboratorio” y llevarla a su prueba en pacientes. García estima, en una previsión optimista, que esta biopila pudiera salir al mercado “en cinco años”. Pero siempre teniendo en cuenta que las aplicaciones para las que esté destinada queden claras. Amás complejidad,mayor plazode tiempo. Dehecho, una de las posibilidades respecto a esas futuribles herramientas sería que quedasen integradas “enundispositivo tipoparche o similar”. En lo que respecta al presente, apunta a que trabajan tanto en maximizar la potencia de dicha biopila como en el desarrollo de los electrodos que producen la reacción química posible para, después, “detectar moléculas de interés o generar energía”, con una “muy buena respuesta” por el momento en multitud de aplicaciones que permiten sensar, por ejemplo, “parámetros físicos como encefalogramas o electrocardiogramas”. La aplicación, reitera, será fundamental tanto para la funcionalidad, como para el diseño y su instalación, tanto en la biopila como en el electrodo. “Determinará el prototipado para que el fluidoseaaccesibleo, enel casodequenoseaunfluido,monitorizar un parámetro para que esté colocado o adaptado al registro de la señal de la manera más eficiente”, subraya. UAH, Nuubo, AWSensors… y La Fe El grupo que García coordina, a pesar de su corta vida, ya ha alcanzado en un año colaboraciones con empresas punteras del sector tecnológico de salud, como la española Nuubo (dedicada a lamonitorización wearable del ritmo cardiaco); conAWSensors (centrada en la producción y comercialización de instrumentos electrónicos para la detección de alta precisión en investigación básica, preclínica y a nivel industrial), o con instituciones como la Universidad de Alcalá de Henares (UAH). En concreto, con el grupo de investigación de Miniaturización y nanotecnología analíticas, que coordina el profesor deQuímicaAnalíticade laUAH, Jesús Alberto Escarpa. Este grupo, “muy potente enmicrofluídica”, señala García, les permitirá integrar los electrodos con un sistemaminiaturizado en el estudiode los fluidosque seadesechableyflexibleparahacer una biopilamás accesible (tambiénanivel económico) al usuariofinal. Es precisamente donde recobra especial importancia el papel de las colaboraciones con entidades, empresa o instituciones: “Nosotraspodemosadaptar labiopilaacualquier tipodeaplicación. Necesitamos conocer muy bien cuál será la aplicación final porque determinará muchísimo la fabricación de la biopila, pero más aún el diseñodeelectrodo, específicopara lamoléculade interés”, reitera la bióloga. La Unidad de Cardiología del Hospital La Fe de Valencia, en el aspecto clínico, es uno de los primeros servicios que cuenta con BioCell-Power (para el usodebiosensores), con “bastantesbuenos resultados” en cuanto a lamonitorización del ritmo cardiaco, que ya se está aplicando en pacientes y evaluando la respuesta que ofrecen estos electrodos. Pero aspiran a profundizar más en proyectos relacionados con la salud. “Nos viene genial que el campo clínico se interese por esto para que nos diga qué necesitan medir y dónde puede ser esto útil, porque nosotros lo sabemos hacer. Siempre podemos hacer algún proyecto en colaboración para intentar aplicarlo, por ejemplo, en convocatorias públicas, para las que tenemos un departamento especializado”. Aunque la razón del ITE es la energía, el campo del sensado nace del “potencial que tiene labiotecnología” para contribuir a sistemas de monitorización portátiles y autónomos, en línea con la “tendenciadeunamedicinapersonalizada”, cuya eficiencia energética permitiría que se consumiese “cuándo y para lo que se necesite”. Así, un smartwatch como el que se comercializa hoy podría servir en unos años para hacer seguimiento y control de “cualquier tipo de enfermedad”, concluye.

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