im MÉDICO | 59 77 tosCorporativos yAccesoalMercadodeAstraZeneca, explicóque la ERC sigue siendomuy silenciosapara lamayoríade lapoblacióny los pacientes que la padecen. “No hay que olvidar el hecho de que en losúltimos20añoshahabidounaescasa innovación terapéutica en la ERC”, lamentó. En AstraZeneca llevan a cabo varios estudios para comprobar la carga de esta enfermedad, que no tratada conduce a la renal no sustitutiva. “Cada paciente en hemodiálisis conlleva un coste anual de 50.000 euros, que con una prevención precoz se podría evitar”, comentó. Forxiga ayudará a relentecer que el paciente llegue a diálisis, además de reducir el número de hospitalizaciones por insuficiencia cardiaca. Recordó que la AtenciónPrimariadebe ahora estarmás cercade la especializada. Asintomático durante muchos años La Dra. Marian Goicoechea, nefróloga del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, subrayó que presentar un fármaco quepuede cambiar el futurode los pacientes es unhito. Describió que los riñones sonórganos que filtrannuestra sangre. La ERC“es unapérdida lentayprogresivade la funciónrenal deambos riñones”. Todos podemos vivir con un solo riñón. El paciente permanece asintomático durantemuchos años, hasta que la enfermedad da la cara. De ahí la importancia del screening precoz, midiendo la creatinina. Es importante tomar la tensión, controlar el colesterol, pero es primordial, sobre todo a partir de una edad, comprobar la función renal. Entrar en diálisis supone un fuerte impacto para los pacientes y sus familias. Poco se sabe de cuántos renales enfermos crónicos hay. Los pacientes renales crónicos tienenmayor mortalidad y mayor riesgo cardiovascular. “Podemos evitar que nuestros pacientesmueranprecozmente”, avisó. Es fundamental la Atención Primaria. Los varones, losmayores de 60 años y pacientes con patologías que se asocian con tener fallo renal, como la diabetes y la obesidad, son los que deben incluirse en screening. Respecto a tratamiento, no había nada específico. Ahora, con la dapagliflozina, se puede tratar a los pacientes con ERC. Goicoechea ofreció varios datos por loque se ha aprobadopara esta indicación, conforme al ensayo de fase III DAPA-CKD. Reduce en un 40% la entrada en diálisis de los pacientes. Disminuye lamortalidad global de cualquier causa de estos pacientes en un 31%. Añadido a eso, está la seguridad del fármaco. “Para poder tratar, hayquediagnosticar. El screeningdiagnósticopara lapoblaciónde alto riesgo es fundamental”, repitió. Nefroprotector Por su parte, la Dra. María Isabel Egocheaga, médico de Familia del Centro de Salud Isla de Oza, afirmó que los especialistas de AtenciónPrimaria siguen a los pacientes conpatologías crónicas. Se mostró de acuerdo en que“es importantísimo que en este tipo de pacientes hagamos un cribado”. Este fármaco empezó para la diabetes, ya se vio que era “nefroprotector”. Además de la creatinina, hay que estudiar la pérdida anómala de proteínas por la orina. Dejó claroque hay que luchar contra el infradiagnósticode esta enfermedad silenciosa. Si no se conoce ese diagnóstico, no se va a poder actuar. Los que están en los estadios 2 y 3 son los peligrosos, porque son los quemás desconocen que tienen ERC. Lapoblaciónenvejece, hay undeteriorofisiológicode los riñones con la edad, pero a algunos se les deteriora más rápidamente. Por ello, hay que ir a fármacos que sean capaces de relentecer la enfermedad. Los riñones que no funcionan bien condicionan las estrategias terapéuticas, cuando hay tratamientos (para otras patologías) que no se puedan filtrar adecuadamente. Las dos abogaronpor el abordaje conjunto, pero teniendo cuidadodeno saturar a los especialistas, a los que tienenque llegar los pacientes con la enfermedad más avanzada. En el ensayo clínico, se incluyeron pacientes con un filtrado de hasta 25, que es un estadio 4. En estadios más avanzados, sigue siendo beneficioso. Cuánto antes se ponga el tratamiento, el efecto nefroprotector es mejor, en palabras de Goicoechea. Su deseo fue que se conozca la ERC, porque las estimaciones son que seguirá creciendo y los pacientes más complejos son los que tienen la función renal alterada. En estos momentos, hay un fármaco, Forxiga, para evitar la progresión. La reflexión de Egocheaga es que le gusta que haya medicamentos con nuevas indicaciones, porque eso hace que haya interés por estas patologías yque seutilizarán fármacos que ayudenaque la enfermedad no vaya a más. Los resultados del ensayo DAPA-CKD El ensayo de fase III DAPA-CKD, en el que se basa la aprobación de la indicación del fármaco, demostró que Forxiga, junto al tratamiento estándar con un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina o un bloqueador de los receptores de angiotensina, redujo el riesgo relativo de empeoramiento de la función renal, la aparición de enfermedad renal terminal o el riesgo de muerte cardiovascular o renal (objetivo compuesto de una disminución sostenida ≥ 50% de la TFGe, alcanzar la enfermedad renal terminal (ERT) (definida como una TFGe sostenida < 15 ml/min/1,73 m2, tratamiento crónico de diálisis o recepción de un trasplante renal), muerte cardiovascular o renal) en un 39% comparado con el placebo (reducción del riesgo absoluto (RRA) = 5,3%, p< 0,0001) en pacientes con estadios 2-4 de enfermedad renal crónica y excreción urinaria de albúmina (TFGe ≥ 25 a ≤ 75 ml/min/1,73 m2 y albuminuria (CACo ≥ 200 y ≤ 5.000 mg/g). El fármaco también redujo significativamente el riesgo relativo de muerte por cualquier causa en un 31% (RRA = 2,1%, p = 0,0035; HR 0,69 (0,53; 0,88)) en comparación con el de placebo. La seguridad y la tolerancia del medicamento fueron consistentes con el perfil de seguridad establecido. Así, los resultados del ensayo DAPA-CKD muestran que la dapagliflozina es la opción terapéutica actual en pacientes con ERC con o sin DM2 para retrasar la progresión, la entrada en diálisis y obtener beneficios en la supervivencia de los pacientes.
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