im MÉDICO | 60.2 35 Andalucía es una de las comunidades autónomas cuya HC es interoperable en todas las partes de su territorio, lo que aumenta la efectividad de este sistema, ya que cualquier profesional sanitario puede acceder a estos datos. Por ejemplo, en el caso de un ciudadano que haya acudido a Urgencias, el facultativo podrá tomar la decisión terapéutica más adecuada sin comprometer la salud del paciente. En última instancia, uno de los principales objetivos es este: la mejora de la calidad de vida de los andaluces con diabetes y la optimización de la atención clínica. Actualmente, son alrededor de 25.000 personas registradas (pacientes con diabetes de tipo 1 y 2) las que se benefician de este sistema de seguimiento prescrito previamente por su profesional. No obstante, Sánchez adelanta que desde el SAS ya se trabaja en “gestionar esa información en bruto” para que el sanitario pueda tener el informe completo, y no solo el de las dos últimas semanas, lo que propiciaría la toma de decisiones más precisas. Si bien la población que participa en este proyecto es una muestra amplia (centrada en pacientes con diabetes de tipo 2 de colectivos vulnerables con una brecha digital considerable, como la tercera edad), confía en que en un futuro cercano se pueda ampliar “incluso al SAS completo”, obteniendo una “información muy rica” que se podría gestionar gracias a tecnologías ya existentes, como “espacios de datos o Internet of Things (IoT)”, menciona en relación con algunas que permiten la gestión de una “cantidad ingente de información” disponible para los profesionales. Esta innovación supone un cambio radical en la manera de trabajar del colectivo médico. Como profesional de Medicina de Familia, Sánchez recuerda aquella época en la que el paciente diabético acudía con una carpeta llena de papeles “con todas las glucemias apuntadas”. Hoy, al acceder a Diraya, el sanitario puede ver, entre otros parámetros, el número de hiperglucemias e hipoglucemias o el tiempo de rango glucémico. “Un salto de calidad muy importante para el profesional en lo que se podría denominar la microgestión o gestión personal de un paciente”, destaca. Beneficios más allá de los datos De hecho, no son solo los resultados objetivos los que han demostrado un beneficio para el trabajo de los empleados del SAS. Tanto el paciente diabético como sus cuidadores han ganado en “tranquilidad” debido a que este se halla controlado en todo momento. Sánchez recuerda que este proyecto comenzó con pacientes pediátricos con diabetes de tipo 1, donde “el control de la enfermedad es más complicado y genera mucha incertidumbre”. A medida que fueron adquiriendo el hábito de usar este sistema, se redujo la dependencia respecto a sus profesionales sanitarios, permitiendo además destinar ese tiempo a una mejor calidad asistencial. “Ese control te da ese aumento del conocimiento de la enfermedad, te ayudará a gestionarla mejor”, razona el sanitario. Actualmente, el dispositivo interactúa continuamente con el móvil, mandando alertas en el caso de que detecte bajadas de azúcar no percibidas. Más allá, da lugar a otras funcionalidades -todavía no implantadas- como que permita avisar a otros contactos del teléfono o, en el caso de que el paciente quedase inconsciente, permitir averiguar cuál fue la causa. El proceso lo comenzaron los endocrinos de los centros adheridos al proyecto; en esta fase II, explica, “se empieza a abrir la puerta” a los médicos de Atención Primaria al estar orientada principalmente a personas con diabetes de tipo 2, con cada vez más prevalencia en la población general. Sus causas, a diferencia del probable origen autoinmune (como se cree con la de tipo 1) radican en los actuales estilos de vida de las sociedades principalmente occidentales (sedentarismo o mala alimentación, factores que incitan a la obesidad). “La tecnología debe servir para facilitar la asistencia” El proceso de evolución de este sistema continúa, con la esperanza de los fondos europeos distribuidos a través de los Perte del Gobierno que permitirán impulsar otros proyectos como ‘IOMT’, un IoT al que se añade la ‘m’ de médico: “La idea es generar un gran hub de esta información de señales a nivel del SAS, y que toda la información que generan estos dispositivos termine en un espacio de datos”, avanza Sánchez. Abriría un nuevo horizonte inimaginable, al conectar todo tipo de aparatos (desde básculas a medidores de presión arterial, sin olvidar los ya activos medidores de glucosa) mandando información continua a una misma plataforma. La lectura que se extrae, a un nivel más profundo, arroja la siguiente reflexión: “Hoy en día creo que la salud no se puede entender sin el uso de la tecnología. Es un apoyo, pero no es lo principal, que en este caso es el cuidado de las personas y de los profesionales que atienden día a día a los ciudadanos”. Es el camino que siguen las administraciones sanitarias, incluso en una coordinación aún reducida pero que ya se refleja en iniciativas como la Historia Clínica Digital del Sistema Nacional de Salud (HCDSNS) de Sanidad, al que todas las CCAA están conectadas. Al mismo tiempo, se trabaja en que se integren de la misma manera las pruebas diagnósticas de imagen. En definitiva: “La tecnología abre un montón de puertas para poder hacer las cosas mejor”, pero para sacar el máximo provecho hace falta otro aspecto fundamental. “Está claro que da igual la tecnología que tú tengas que si no se conoce, no se cuenta y no se sabe utilizar, no sirve de nada. Una parte importante de nuestra estrategia es la capacitación de los profesionales, dentro también de la Macroestrategia de Capacitación de la Asociación Digital de Andalucía (ADA), que se pretende no solo a profesionales sino a ciudadanos formarles en todas estas características”, desgrana. Al respecto, alude a la necesidad de una formación continua del colectivo como también la tiene a la hora de actualizar los conocimientos en las distintas especialidades médicas o enfermeras. Explica que desde el SAS esta se intenta realizar “de la forma menos intrusiva posible” a través de píldoras de conocimientos, publicaciones por redes sociales o un blog. De todo ello se encarga el servicio de Coordinación del Sistema de Información que, concluye Sánchez, tiene en “la gestión del conocimiento, la difusión de las herramientas que tenemos y la capacitación de profesionales y ciudadanos una de nuestras prioridades”. +
RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=