im MÉDICO | 60.2 55 principio ideada para la red social Instagram (donde está más presente su público objetivo), aunque el bot se podría adaptar fácilmente a cualquier otra. Se asociaría a una cuenta específica y estaría a disposición del usuario adolescente para que, cuando tenga cualquier tipo de duda médica, la formule y se le proporcione la información pertinente. “Algo muy importante donde queremos hacer hincapié es que no está dirigido a diagnóstico. Solo da información sobre dudas que preocupan generalmente a la adolescencia. No tiene ningún objetivo de sustituir a profesionales sanitarios y, es más, informa de los recursos sanitarios públicos que los adolescentes tienen a su disposición”, aclara De Molina. Ya que la población de esas edades “no acude a los centros de salud por nada”, desde Teengram Developers se pensó en acercarles esa atención de primer nivel. Para más inri, como apunta Soler, el público adolescente “tiene cierto reparo” en hablar con profesores si tienen algún problema de salud, y además “no están dentro de revisiones periódicas” como sí es el caso de los niños. Si un adolescente siente que le duele la cabeza, y quiere saber cuál es la posible causa, se trata de evitar que acabe alarmándose con posibles informaciones incorrectas o inexactas, como que fuese un tumor en la cabeza, o directamente se crea bulos. “La idea del chatbot, antes de que llegues a este tipo de páginas, es que el joven escriba su duda, se le dé información sanitaria más veraz y le incite a ir al médico si se dan una serie de síntomas”, relata Mira. Un “chute de serotonina” Tres de los cuatro integrantes recuerdan, en conversación por videollamada con IM Médico, lo que supuso ser ganadores en el hackathon celebrado el pasado noviembre en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. “Haber ganado nos da una autoestima increíble, un chute de serotonina maravilloso”, expresa Mira, al saber que un jurado de expertos en los campos de la Medicina y la Informática valoró su proyecto “como el mejor” de los presentados. “Supuso plantearnos muchas cosas”, reconoce Soler, ya que ganar abrió otro reto como es el darle continuidad a la idea. En esa línea lo ve también De Molina: “A lo mejor si no hubiéramos ganado habría quedado un poco en el olvido, pero ahora tenemos que realmente pensar si tenemos, cada uno con nuestra vida y trabajos (porque ninguno se dedica laboralmente a esto), que dedicar tiempo libre para sacar esto adelante”. Entretanto, de su experiencia en el Hackathon Salud valoran la “accesibilidad” que tienen este tipo de competiciones, destaca Soler, para materializar ideas “que podrían no haber salido”. Y más en el área sanitaria, donde “hace bastante bien” que se organicen estos eventos para que “puedan brotar muchas ideas” que reciban algún tipo de apoyo, financiación o mentoría. Creatividad o trabajo en equipos multidisciplinares son otras de las características que destacan tanto Mira como De Molina. Para la segunda, lo que más disfrutó es la “muy buena oportunidad de hacer conexiones y sacar lo mejor de cada profesional”. El futuro del chatbot Tras resultar ganadores, el equipo tuvo la oportunidad de charlar con profesionales de distintas especialidades, centros, asociaciones e incluso universidades. Con algunos de ellos intercambiaron contactos que, quién sabe, algún día pueden fructificar. Por esta razón, reconocen que creen “mucho más” en la idea tras ver el interés generado. “Creo que puede haber potencial. Pero no hay ningún centro específico sanitario que nos haya propuesto poder desarrollar esto”, admite De Molina. No obstante, Soler deja la puerta abierta a que cualquier centro social, sanitario o Casa de la Juventud contacte con ellos. Mientras llega ese nuevo hito para Teengram Developers, el objetivo principal es conformar una base de datos de información sanitaria “lo más veraz y ceñida a la evidencia científica actual existente”, insiste De Molina, lo que requerirá del contacto con especialistas en otros campos (como el sexual o el de las drogas) para buscar “la mejora calidad de la información posible”, ya que esta será la que después se dé a los usuarios. En paralelo, haría falta seguir preguntando a los propios adolescentes qué es lo que buscarían de un chatbot y qué es lo que quieren que les resuelvan a nivel médico. A su vez, posibles caminos a tomar para la app serían, imagina Mira, generar una base de datos sobre lo que más se consulta en el chatbot (sin intención de “guardar ninguna información”), para saber qué se necesita a futuro y “qué nuevas tendencias” en salud tienen los jóvenes de hoy. Para Soler, otro escenario podría ser el de compartir la idea. “Al terminar nuestra presentación, sí hubo personas, profesionales de la sanidad que se mostraron interesados ya sea para aportar o conocer y a lo mejor, incluso guiarnos un poco. Eso puede ser un buen camino para empezarlo”, opina. Algo que apoya Mira, que anticipa la necesidad de encontrar alguna financiación para impulsar el proyecto, pensado como uno “sin ánimo de lucro y a poder ser de iniciativa pública”, agrega Soler. + “Algo muy importante donde queremos hacer hincapié es que no está dirigido a diagnóstico” “Los adolescentes son los grandes olvidados de la Atención Primaria”
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