im MÉDICO | 60 23 mitad de los pacientes supervivientes del cáncer han recibido radioterapia como parte de su tratamiento curativo”. “Estamos ante un tratamiento eficaz y seguro, con capacidad para curar por sí misma o combinada con otros tratamientos y con capacidad para controlar localmente la enfermedad y aliviar los síntomas producidos por la misma. También impacta positivamente sobre la calidad de vida al facilitar la preservación de órganos (laringe, mama, vejiga, recto) y representa, en términos de economía de la salud, el tratamiento oncológico más costoeficiente”, añade. El desarrollo tecnológico en los últimos años ha transformado totalmente la manera de administrar la radioterapia. “Máxima precisión, protección de tejidos sanos, sincronización con el movimiento del tumor, disminución del número de sesiones y, por tanto, mayor disponibilidad de máquina con el consiguiente impacto sobre la lista de espera. En resumen, un tratamiento conveniente para el paciente que aumenta su cantidad de vida y preserva la calidad de la misma”, matiza Gómez. El IRAD La SEOR ha puesto en marcha el Instituto de Investigación en Oncología Radioterápica (IRAD), con el propósito de convertirse en el órgano de referencia de investigación en todos los ámbitos, incluyendo la básica, clínica y traslacional. “Para alcanzar sus objetivos, realizará la gestión y proporcionará los medios y la estructura necesaria de apoyo a todos los miembros de SEOR interesados en realizar una investigación de calidad que repercuta de manera significativa en el cuidado oncológico”, detalla Gómez Caamaño. En este sentido, el médico recuerda que el cáncer es “un grupo de múltiples enfermedades extraordinariamente complejas, huérfanas en muchas ocasiones de un tratamiento definitivamente eficaz y, por tanto, subsidiarias de un gran esfuerzo colectivo de investigación”. En los últimos años se han realizado muchos avances y las inversiones cada vez son mayores, pero se mantienen “muchas necesidades no suficientemente cubiertas”. “Actualmente se cura aproximadamente la mitad de los pacientes con cáncer, de manera que todavía nos queda mucho camino que recorrer. El objetivo es alcanzar la cifra del 70% para el año 2030”, explica. Sin embargo, una de las principales barreras que siguen existiendo, explica el médico, es la dificultad para financiar investigación independiente y académica en aspectos tan importantes en el tratamiento del cáncer como son la cirugía y la radioterapia:“También se necesitan mas proyectos de investigación en campos como la prevención, el diagnóstico precoz y el cuidado de los supervivientes”. “Aún encontramos dificultad para financiar investigación independiente y académica en aspectos tan importantes en el tratamiento del cáncer como son la cirugía y la radioterapia” Genética y biología molecular “¿Son el tumor y los tejidos sanos del paciente sensibles o resistentes a la radiación y podemos nosotros modificar esa sensibilidad?” Esa es la pregunta clave hacia la que dirigir la investigación. “La llave que nos va a permitir abrir la puerta hacia un conocimiento definitivo de la eficacia y seguridad de la radioterapia está en las manos de la genética y de la biología molecular. Y es en este terreno de la investigación básica y traslacional donde debemos de empezar a jugar para establecer los principios de la oncología radioterápica del siglo XXI”, explica el médico. “Por otro lado -continúa-, la extraordinaria aportación de la Fundación Amancio Ortega destinada a la implementación de la protonterapia va a convertir a nuestro país en unos de los líderes mundiales tanto en innovación en el tratamiento del cáncer como en tecnológica avanzada relacionada con la salud. Esta donación supone un enorme impulso asistencial, ya que abre nuevas oportunidades de tratamiento en pacientes con tumores difíciles o singulares. Por otro lado, este proyecto aporta una fantástica plataforma de investigación interdisciplinar en múltiples campos, estimulando tanto el diseño de tratamientos oncológicos realmente disruptivos como la generación de conocimiento relacionado con la física y la biología de la radiación”. Supervivencia del cáncer infantil Respecto al cáncer en niños, Gómez Caamaño destaca que, aunque la tasa de supervivencia a los cinco años es de casi el 80%, el objetivo es “conseguir acercarnos lo más rápido posible a una cifra próxima al 100 %”. “Lo ideal es dar una respuesta integral para poder cubrir todas las necesidades de estos pacientes. Unas necesidades que no solo se limitan a avances en la atención médica con tratamientos cada vez más eficaces y seguros, sino que también incluyen tanto medidas de apoyo psicológico y social como protocolos de seguimiento. La asistencia y monitorización de los supervivientes del cáncer infantil es fundamental para la prevención y tratamiento de las posibles secuelas que puedan aparecer”. En ese sentido, la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátrica (SEHOP) ha desarrollado una plataforma (ECLIMSEHOP) con el objetivo de potenciar en nuestro país la realización de ensayos clínicos internacionales y apoyar así a los oncólogos y hematólogos pediátricos españoles. En términos generales, el cáncer es una de las enfermedades más relevantes que existen debido a su elevada incidencia, prevalencia y morbimortalidad. En Europa mueren anualmente 1,3 millones de personas de cáncer, incluidos 6.000 niños y jóvenes. “Su impacto sociosanitario es abrumador, y no sólo en términos de vidas humanas, sino también en planificación y gestión de los sistemas de salud debido al alto consumo de recursos asistenciales asociados al proceso diagnóstico y terapéutico”, explica el doctor, que añade: “Aunque se ha registrado un ligero descenso de las tasas de mortalidad gracias a las campañas de detección, a la mejora del diagnóstico y a la innovación terapéutica, el número de casos diagnosticados va en aumento, en particular debido a la prolongación de la esperanza de vida. Aproximadamente tres cuartas partes de todos los diagnósticos de cáncer en la Unión Europea se producen en personas de 60 años o más”.
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