im MÉDICO | 60 27 tienen como focos esenciales algunos subgrupos de cánceres como alteraciones en genes KRAS y EGFR. Por otro lado, también interesa el estudio de nuevas dianas de corte inmunológico y el desarrollo de nuevas terapias inmunes contra el cáncer de pulmón. Son algunos de los ejemplos que nos proporciona Paz-Ares, pero hay líneas específicas dentro de cada uno de los grupos de investigación. Hay típicamente de uno a tres proyectos por cada una de las líneas. ¿Cuál será el papel de la genética en el Centro de Oncología Experimental? Destaca que “el conocer cuáles son las alteraciones moleculares que subyacen a cada tumor es muy importante para intentar entender su biología y de qué manera lo podemos diagnosticar y tratar mejor”. Parte de la de la premisa de que el cáncer es una enfermedad genética. Esencialmente, una célula normal se transforma en cancerígena porque se alteran algunos de sus genes, en forma de mutaciones o de prolongaciones. En definitiva, uno entiende que el análisis genético formará parte de la mayor parte de los programas de investigación en el centro. Un buen diagnóstico Analizamos con Paz-Ares la salud de la oncología española. Su diagnóstico es que es bastante buena a nivel de producción científica y buena a nivel sanitario. “En general, en la formación de los oncólogos y en la manera en la que está articulado el cuidado de los pacientes de cáncer, lo cual trasciende a los servicios de oncología, ya que obviamente afecta a muchos otros especialistas en los hospitales, cuyo nivel es asimismo destacable. En los últimos años, hemos mejorado mucho en términos de multidisciplinariedad en los abordajes de los pacientes con cáncer”, valora. Piensa que, en términos de evolución científica, de investigación clínica, el país goza de muy buena salud. Recuerda que “somos el segundo país del mundo en números absolutos en participación en ensayos clínicos en oncología”. Matiza que esto es así cuando es referido a ensayos clínicos esponsorizados por la industria farmacéutica. “Quizá estamos más débiles en ensayos clínicos de corte académico, aquellos con financiación pública”, lamenta. Apunta que, en gran medida, cuando uno compara la inversión pública en este aspecto en nuestro país versus países de nuestro entorno, en Europa o en América, hay “una clara deficiencia”, no sólo en oncología, sino también en otras áreas de la medicina. Eso sí, “en los últimos dos años, ha habido un cierto incremento en este sentido que debe reconocerse”. Espera que no sea un aumento transitorio propiciado por el contexto de los fondos europeos, que se consolide y que vaya ascendiendo, “porque es una necesidad”. La Comunidad de Madrid acaba de poner en marcha en el Instituto de Investigación del Hospital Universitario 12 de Octubre i+12 un vanguardista Centro de Oncología Experimental, con seis laboratorios, distribuidos en una superficie de más de 800 metros cuadrados, dedicados en exclusiva a desarrollar nuevas líneas de investigación en cáncer que puedan ser trasladadas a la práctica clínica diaria. Luis Paz-Ares, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario 12 de Octubre, señala que esta iniciativa responde a una necesidad que tenían, derivada del incremento en el número de grupos de investigación experimental vinculados a diferentes enfermedades, como cáncer torácico, digestivo, genitourinario o de mama, entre otras, y algunas más transversales, como inmunología o nuevas terapias. Precisaban“expandir las instalaciones”, para que cada grupo de investigación clínica contase con “unos laboratorios de experimentación apropiados”. Todo esto, acorde con su filosofía de intentar “dar respuesta a las preguntas que son relevantes para los pacientes”. Es decir; “coger la pregunta, llevarla al laboratorio, tratar de entender el problema disecándolo en modelos experimentales y, luego, una vez tenemos respuestas, tratar de darles formato de método diagnóstico o terapéutico, y finalmente llevarlo de nuevo a la clínica”. Los grupos de investigación cubren las patologías mencionadas. Además, hay dos grupos dedicados a inmunología del cáncer y a la diseminación tumoral y su entendimiento. Uno de los laboratorios es de apoyo a ensayos clínicos, ya que cuentan en el departamento con un número relevante de ensayos clínicos académicos. En ellos, muchas veces hay que efectuar estudios en paralelo que aportan información relevante. “El disponer de este laboratorio nos permite, a cualquiera de los médicos del centro y a sus colaboradores, desarrollar algunas determinaciones, genéticas o moleculares, para probar una hipótesis durante el ensayo, aunque no se tenga un laboratorio propio”, explica. También se destina a la recolección, almacenamiento y procesamiento de muestras. Más infraestructura y posibilidaes tecnológicas Le preguntamos si el Centro de Oncología Experimental acogerá a casi 100 expertos de renombre nacional e internacional y en cuántos proyectos participarán. Paz-Ares responde que van a ser finalmente “unos diez grupos de investigación”. Aún no se han incorporado todos. Lo que se ha hecho es dotar de “más infraestructura y posibilidades tecnológicas” a los proyectos que ya estaban alojados en otras dependencias del hospital. Algunos han comenzado en el último año. Otros ya llevan más tiempo. Habrá, al menos, unos 25 en marcha. Los objetivos son el estudio del cáncer y la búsqueda de nuevos métodos diagnósticos y terapéuticos que beneficien a los pacientes. “Cada laboratorio posee algún foco específico”, informa. Hay dos grupos que se dedican al cáncer de próstata. Uno tiene particular interés en el estudio del daño al DNA y la posibilidad de explotar alteraciones en genes que reconocen el daño y su reparación. Otro tiene más interés en explorar otras alteraciones genéticas típicas del cáncer de próstata (en genes como PI3K, PTEN, etc.) y sus implicaciones. Los grupos de cáncer de pulmón “Conocer cuáles son las alteraciones moleculares que subyacen a cada tumor es esencial para el diagnóstico y tratamiento”
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