IM MÉDICO #60

im MÉDICO | 60 43 Entonces, “la gran dificultad del acceso a la medicina de precisión es el acceso a la determinación de estas dianas y la aprobación y disponibilidad de los fármacos contra diana que muchas veces son fármacos novedosos y que en algunas ocasiones no están financiados”. Castro se muestra de acuerdo en que el manejo de las enfermedades oncológicas ha entrado en esta vía de la medicina de precisión. “Es la vía correcta, porque nos permite seleccionar precisamente quiénes son los pacientes que se van a beneficiar de estos tratamientos concretos”, reflexiona. Eso sí, alega que “todo el sistema tiene que volcarse en esto para facilitar a los pacientes el acceso tanto a la determinación molecular como el acceso a los fármacos”. Fernando López Campos, oncólogo radioterapeuta del Hospital Universitario Ramón y Cajal, subraya que, en la última década, se han publicado diversos estudios que han tratado de delinear el panorama genético del cáncer de próstata, tanto en enfermedad localizada, como en las fases más avanzadas de la enfermedad, identificando vías sobre las que se puede actuar farmacológicamente. “Concretamente, la identificación de alteraciones en los genes implicados en los mecanismos de reparación del DNA, está permitiendo seleccionar subgrupos de pacientes con un pronóstico desfavorable que se pueden beneficiar de tratamientos específicos, siendo relevante su desarrollo en estos momentos en otros escenarios clínicos o en combinación con otros fármacos”, asevera. Abordamos con él el papel de la imagen diagnóstica, que “sin duda es relevante”. Nos informa que, “en los últimos años, hemos asistido a un desarrollo significativo de las llamadas nuevas técnicas de imagen, cada vez más sensibles y específicas, optimizando la utilización de distintos radiotrazadores, y siendo a su vez éstas cada vez más accesibles”. Estos avances facilitan “llevar a cabo tratamientos más precisos, optimizando los resultados oncológicos de los pacientes”. Los avances tecnológicos son importantes, pues permiten mejorar el diagnóstico y el tratamiento a los pacientes, “abriéndose un desarrollo clínico con un enorme potencial de crecimiento”. No obstante, “es fundamental la correcta interpretación de los resultados que se pueden obtener y la aplicabilidad de dichos avances en la práctica clínica diaria”. Así, la experiencia y la adecuada formación de los especialistas ha de ir unida a los avances, para ofrecer mejoras en los tratamientos. Con todo, “los progresos están siendo notables, la irrupción de los tratamientos hormonales de segunda generación nos ha permitido mejorar tanto la supervivencia global como la calidad de vida de los pacientes con cáncer de próstata avanzado”. En estos momentos, la utilización de dichos tratamientos en combinación con otros fármacos a su vez está siendo evaluada con “resultados prometedores”, así como la utilización de los mismos en fases más precoces de la enfermedad. López Campos concluye que es vital la identificación de biomarcadores, que posibiliten realizar un tratamiento personalizado, seleccionando subgrupos de pacientes que se puedan beneficiar de un tratamiento concreto o de su intensificación, “siendo esta línea de desarrollo clave”. + Artículo con la colaboración de AstraZeneca. ES-23561-marzo de 2023 otros tumores, nos obligará a recomendar un estudio germinal”. Linares Espinós afirma que “la biología molecular en cáncer de próstata es importante desde el diagnóstico porque podemos tener información genética con la que nacemos, que es la información o el estudio genético germinal, y luego podemos desarrollar alteraciones genéticas propias de cada tumor, que son las alteraciones con las que no nacemos, es decir, que no heredamos, que es el estudio somático, el estudio propio de las alteraciones que aparecen solamente en el tumor”. Nos recuerda que“se ha visto que entre el 5 y el 10% de los pacientes con cáncer de próstata tiene alteraciones heredadas”. Por tanto, “el estudio germinal es positivo y es el papel del urólogo identificar a estos pacientes”. Además, estudiando las alteraciones somáticas, las alteraciones no heredadas, “podemos identificar pacientes que son candidatos a distintos tratamientos”. Insiste en que es por ello por lo que el estudio de la biología molecular en el cáncer de próstata pasa a ser otro escalón fundamental del manejo de esta enfermedad. ¿Hacia qué nuevas dianas y terapias experimentales nos dirigimos en este campo? “Disponemos de hasta más de cinco tratamientos nuevos con los que antiguamente no se contaba”. Ratifica que “la medicina de precisión es el futuro hacia el que va el cáncer de próstata, tanto en la medicina de precisión por la imagen o la medicina de precisión por la información molecular que tiene cada tumor”. Ya es una realidad, existe un fármaco que aplican los médicos nucleares que va asociado a un ligando que, en aquellos pacientes con metástasis, se ve en un PET PSMA. “Podríamos dirigir el fármaco a esa zona donde se ve en la imagen. De la misma forma, existen fármacos en la actualidad que se vienen utilizado durante muchísimos años, que bloquean la actividad hormonal en los pacientes con cáncer de próstata”, matiza. Su objetivo es tratar o hacer efectos sobre el receptor de andrógenos. Las terapias dirigidas cada vez son más precisas. A día de hoy, lo que queda por definir es si es necesario identificar alguna de estas alteraciones genéticas para poder utilizar estos fármacos en estos pacientes. Lo que sí se sabe es que, “en los pacientes que tienen mutaciones, estos fármacos actúan de una forma más precisa, aumentando y mejorando los resultados de supervivencia”. Por su parte, Elena Castro, oncóloga médica e investigadora del Hospital Universitario 12 de Octubre, nos ofrece la perspectiva de la oncología de precisión, que consiste en disponer de fármacos que van contra una diana concreta. “Si somos capaces de establecer cuáles son los pacientes que tienen esas dianas, son los que se benefician de tratamientos concretos. De esta forma, liberamos de recibir una toxicidad a pacientes que no se van a beneficiar”. Necesidades médicas no cubiertas “La principal dificultad que hay en los pacientes con cáncer de próstata, y en otros tipos de tumores, incluso a nivel mundial, es el de ser capaces de determinar la presencia de estas alteraciones en todos los pacientes, porque a veces se hace en unos hospitales y en otros no, en unos grupos de pacientes sí y en otros no, porque es una técnica costosa”, expone. Por otro lado, “a veces es más o menos difícil porque el tumor puede no estar en condiciones para realizar el estudio de forma adecuada o hay que mandar las muestras fuera del hospital”.

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