im MÉDICO | 60 59 El diagnóstico precoz, clave para el abordaje Lo que también conlleva que no se puedan prevenir, puesto que “la mayoría de los problemas urológicos no son adquiridos, sino congénitos”. Pero al respecto, destaca la importancia del diagnóstico precoz o prenatal, “que hace que las enfermedades cada vez se diagnostiquen de forma más precoz y los pacientes puedan ser atendidos y tratados mucho antes, lo cual mejora sensiblemente su pronóstico”. Igualmente, aclara el especialista, no existen subespecialidades como tal, pues la urología infantil ya es una subespecialidad de la urología, “pero sí se distinguen áreas muy importantes que requieren una alta especialización, como pueden ser la cirugía del hipospadias y de las malformaciones genitales, la patología funcional (enuresis, vejiga hiperactiva, etc.), la litiasis y la endourología o la oncología”. Uno de los principales handicaps a la hora de tratar estas dolencias es el desconocimiento en torno a ellas. Como expone Serrano, “al tratarse de patologías de baja incidencia y prevalencia, muchas son consideradas incluso como enfermedades ‘raras’”, lo cual hace que patologías habituales para los urólogos pediátricos como por ejemplo el hipospadias o la extrofia vesical sean “absolutamente desconocidas” para la población general. Tal es así que “muchos padres oyen hablar por primera vez de ellas cuando tienen un hijo con un diagnóstico urológico”, señala. En un estudio realizado recientemente en el Servicio de Urología Infantil del Hospital Universitario y Politécnico La Fe de Valencia se vio, por ejemplo, “como un trastorno agudo tan importante y de fácil solución como es la torsión testicular continúa siendo causa de pérdida de la gónada por el desconocimiento de los pacientes y de sus familiares, lo cual les lleva a retrasar sensiblemente la demanda de atención urológica, y cuando acuden al hospital, el testículo es inviable”. La buena noticia es que, según el experto, “la urología pediátrica cambia y mejora constantemente, al igual que la medicina y, sobre todo, la urología” gracias a los avances científicos. En este sentido, cuenta que “han sido de gran ayuda la miniaturización de las técnicas endourológicas para el tratamiento de la litiasis, el manejo endoscópico del reflujo, y el instrumental de pequeño calibre para la cirugía laparoscópica”. Otro aspecto fundamental que resalta Serrano es “la mejora en las técnicas de diagnóstico por imagen, dado que han permitido reducir las tasas de radiación a los pacientes, como por ejemplo con la aplicación de los ultrasonidos a la cistografía (urosonografía o ecocistografía)”. “Esta presenta ya tasas de sensibilidad y especificidad similares o en algunas patologías superiores a la cistografía radiológica convencional (CUMS)”, agrega. Cada una de estas nuevas técnicas se traduce en una mejora de la calidad de vida de los pacientes. En general la mejora de las técnicas quirúrgicas, fundamentalmente con la endourología y la laparoscopia o la cirugía del hipospadias, indica, “ha reducido notablemente las molestias en el postoperatorio y disminuido de forma muy considerable el dolor y la necesidad de ingresos postquirúrgicos prolongados”. XXXII Reunión Nacional de Urología Pediátrica Por otro lado, el coordinador Nacional de Urología Pediátrica de la AEU adelanta las claves de la XXXII Reunión Nacional del Grupo, que tendrá lugar en mayo. Explica que “viene a ser como nuestro congreso anual y, por tanto, se presentarán muchos trabajos sobre temas muy diferentes dentro de la urología infantil”, Sin embargo, “se tratarán de manera especial el diagnóstico fetal avanzado por la imagen, y un tema muy debatido como es el varicocele en el adolescente, con ponencias de los doctores Roberto Llorens y Saturnino Luján, reconocidos expertos en estos temas”, avanza. Respecto al escenario actual de la especialidad, Serrano asegura que no ha cambiado a raíz de la pandemia. “Se vio únicamente afectada, y de forma indirecta, durante la fase más álgida de la Covid-19, pues el virus no es causa de patología urológica, pero evidentemente repercutió en la demora a la atención en consultas y en las listas de espera para la cirugía”. No obstante, al igual que el resto de profesionales sanitarios, recalca, “hemos hecho un gran esfuerzo y actualmente estamos en cifras similares, o incluso mejores, al periodo prepandemia”. A día de hoy, para él, la urología pediátrica en España tiene el gran inconveniente de la dificultad para la formación de los especialistas, “pues existen pocos servicios o secciones con dedicación exclusiva a la urología infantil como el nuestro”. “Esto hace que el acceso a la formación se vea muy dificultado y también que en muchas ocasiones los pacientes tengan que ser manejados por especialistas (urólogos o cirujanos pediátricos generales) sin dedicación plena a esta subespecialidad, mientras que, por su complejidad y rareza, se requiere de un alto nivel de formación, entrenamiento y especialización”, lamenta. Así las cosas, a su modo de ver, la urología infantil en España tiene dos problemas que están muy relacionados. Por una parte, cree que “es necesaria la creación de unidades de referencia a nivel estatal para determinadas patologías poco frecuentes, como pueden ser la extrofia vesical y de cloaca o las alteraciones de la diferenciación sexual”. El otro gran problema que resalta Serrano es la capacitación en urología infantil, para lo cual considera que “deben de establecerse unidades de urología infantil dotadas de plazas bajo este epígrafe para evitar así la pérdida de facultativos ya formados y que estas plazas puedan ocuparse por otros especialistas sin la suficiente formación, pues habitualmente se ofertan a concurso de traslados o a oposición como plazas de urología o de cirugía pediátrica general sin el perfil concreto”. La mayor formación, especialización y estabilidad de los facultativos, concluye, “repercutirá sin lugar a dudas a la mejor atención a nuestros pacientes pediátricos”. “La patología urológica infantil más frecuente es el reflujo vesicoureteral, que en general tiene buen pronóstico, pero puede llegar a ser causa de insuficiencia renal u originar problemas en la edad adulta, como la hipertensión arterial”
RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=