im MÉDICO | 60 63 mientos diferentes, adaptándose a las necesidades del colectivo, empoderándolo y dándole el control sobre su patología. Además, esta amplia variedad va en línea con el compromiso por la máxima personalización e individualización de la terapia, que puede ser automatizada o manual. En el caso de que haya algún imprevisto, como un corte de luz que suspenda el funcionamiento del equipo, la persona podrá realizar la DP manualmente. En circunstancias normales, los sistemas automatizados pueden encargarse de introducir y extraer el líquido de diálisis en el abdomen del paciente durante la noche para ir limpiando la sangre. La tecnología desarrollada por FME permite una DP personalizada y adaptada. En el caso de la HD, la compañía se ha desmarcado con una terapia nocturna que permite mejorar la calidad de vida del paciente, al dejarle libres las horas de más actividad en el día mientras que, cuando se acueste, podrá recibir una diálisis lenta. Pero también puede elegir hacerla en días alternos o en sesiones diarias más cortas tras consensuarlo con su médico. Ambas técnicas requerirán de una formación previa para hacer un uso correcto de este equipamiento, junto con un cuidador o familiar si fuese necesario. Hacia la personalización total No obstante, FME ya ofrece la técnica de depuración más avanzada que existe en la actualidad: la hemodiafiltración online. Todas estas soluciones comparten un camino común, la personalización. Desde la empresa se trabaja en biosensores que permitan detectar el estado interno del paciente a cada momento e ir adaptando la técnica en tiempo real. En este sentido, el uso de materiales biocompatibles será clave para que el organismo del individuo acepte este cuerpo extraño que ayuda a mantener la función renal. Un mejor cuadro clínico Los beneficios de la diálisis domiciliaria son múltiples: favorece mejores resultados clínicos (cardiovasculares, farmacológicos o mentales); permite mejorar sus perspectivas laborales (manteniendo su trabajo o encontrando antes otro nuevo); facilita las relaciones sociales y familiares y, en conclusión, es una medida coste-efectiva que redunda en la sostenibilidad del sistema sanitario además de repercutir en la sociedad. A pesar de todo lo anterior, la DP sigue siendo una terapia muy desconocida entre la sociedad, incluidos los pacientes. De hecho, una minoría se realiza el tratamiento en su casa. A nivel global, solo el 11% escoge esta técnica, según un estudio publicado en 2021 en el New England Journal of Medicine. Los datos son aún más bajos en cuanto a HD domiciliaria: del 9,1% de pacientes en Australia al 0,3% en España, según la estimación ofrecida en 2015 por un grupo de investigadores en la Revista Nefrología. + “Es una satisfacción ver que los pacientes son así de autónomos” Tras 15 años gestionando una unidad de DP, el ver la autonomía e independencia que adquieren los pacientes renales crónicos gracias a la diálisis domiciliaria “es una satisfacción enorme”, admite Eva Baró, directora médica de Fresenius Medical Care (FME), que repasa algunos de los beneficios que también presenta esta terapia para los profesionales. Entre ellos está la mayor capacidad, “desde el punto de vista de recursos o de la atención”, de poder atender a más pacientes que los que se podrían tratar en un centro clínico, sin que por ello se perjudique la relación con estas personas que se dializan en su casa. “Pensemos que estos pacientes tienen vía directa con nosotros”, subraya Baró, que lo asemeja a la telemedicina, ya que en caso de cualquier duda o problema existe una vía directa para contactar con los profesionales. La directora médica de FME recalca la labor tan importante que, en especial, realizan las enfermeras que preparan las técnicas domiciliarias “porque llevan un peso incluso mayor que el del médico” al estar más cercanas al paciente y ser la primera opción de contacto para este. Una relación que se afianza gracias a que la función que cumplen es la de formarlo progresivamente y en función de sus características personales durante aproximadamente un mes. Esta nueva realidad supone, incide Baró, “una satisfacción para todo el equipo asistencial” que ve cómo un paciente se desenvuelve de manera autónoma, pudiendo gestionar su vida desde su propio hogar, y es más gratificante aún si cabe “en paciente jóvenes”, finaliza.
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