IM MÉDICO #60

im MÉDICO | 60 67 • Registrar encuesta dietética, identificando la adhesión a la dieta mediterránea y una ingesta proteica adecuada (calidad, cantidad y distribución). • Revisar el tratamiento farmacológico, para detectar y disminuir posibles interacciones fármaco-nutrientes y limitar aquellos fármacos que pudieran afectar a la masa muscular. • Registrar periódicamente datos antropométricos (peso actual, % del peso perdido, IMC, perímetro de pantorrilla y de cintura). En la valoración morfofuncional que realice el endocrinólogo se incluirá además el estudio de la composición corporal (bioimpedancia, ecografía nutricional), muy útil en el momento del diagnóstico y fundamental para cuantificar la eficacia del tratamiento y la evolución clínica. • Evaluar determinaciones analíticas específicas (albúmina, prealbúmina, glicada, proteína C, vitaminas, minerales y oligoelementos). • Establecer un plan nutricional dirigido a mantener un adecuado estado nutricional y aumentar la masa muscular (27 kcal/ kg/día y 1,5 g/proteína/kg/día). Además, pueden ser precisos suplementos vitamínicos, minerales y nutricionales e incluso nutrición enteral o parenteral. • Derivar al paciente a la Unidad de Nutrición Clínica si el cribado de DRE y/o de sarcopenia es positivo y no existe mejoría del estado nutricional tras implementar medidas dietéticas iniciales. • Proponer un plan de ejercicio estructurado e individualizado, que incluya ejercicios aeróbicos y de fuerza. Este documento pretende ser de gran utilidad para la detección y el manejo inicial en los equipos de rehabilitación cardiaca, pero se aconseja la difusión y uso por otros especialistas. Todos los profesionales de la salud que están directamente involucrados en la atención al paciente con IC deben recibir educación y capacitación, adecuada a su puesto de trabajo, sobre la importancia de proporcionar una nutrición adecuada y cuándo remitir al paciente a la Unidad de Nutrición Clínica de referencia. Se trata de pacientes con patologías complejas, que requieren ajustes progresivos de medicación, así como del tratamiento nutricional, que claramente se van a beneficiar de un plan asistencial multidisciplinar y multiprofesional. Además, se ha demostrado que una intervención nutricional en pacientes hospitalizados por IC y con DRE reduce el riesgo de muerte por cualquier causa y el riesgo de reingreso por IC. Debemos asegurar que el paciente comprende correctamente las recomendaciones y realizar un seguimiento del cumplimiento y efectividad. El tratamiento nutricional y el plan de ejercicio propuesto tienen que mantenerse a largo plazo, ya que la afectación no se limita a su corazón, sino que es el estado metabólico y funcional de su organismo lo que determinará su supervivencia y su calidad de vida. Y en esta línea, y poniendo el valor del paciente activo, ambas sociedades científicas han desarrollado también Aulas virtuales dirigidas a pacientes y cuidadores, para mejorar la compresión y el vínculo del paciente con el control y el manejo de su enfermedad. Autores: Dr. Vicente Arrarte Esteban Dra. Ana Zugasti Murillo El documento para detección y manejo de la IC en personas con obesidad intenta protocolizar las pruebas a solicitar de forma ordenada: • Dando prioridad inicial en la consulta al ECG y una analítica de sangre completa que valore datos como hormonas tiroideas, hemoglobina glicada o NT-proBNP ante cualquier sospecha clínica. • Confirmando con ecocardiograma en aquellos casos en los que en el primer escalón se hayan detectados datos de alta sospecha de IC. • Finalmente descartando comorbilidades muy relacionadas con la obesidad y la IC como es el síndrome de apneas-hipopneas del sueño para tratarlos en su caso. Una vez sospechada la presencia de IC y realizadas las pruebas adecuadas para el diagnóstico, el siguiente paso sería derivar adecuadamente a los pacientes para completar estudio: • Ante sospecha de IC con ECG con alteraciones y datos de NT-proBNP sugerentes de IC debería enviarse a Cardiología para estudio mediante ecocardiograma, clasificar y tratar adecuadamente. • Asimismo, priorizar una derivación urgente ante datos de riesgo vital en las diferentes pruebas solicitadas. Dependiendo de diferentes datos clínicos, electrocardiográficos o bioquímicos que sugieran diferentes grados de riesgo la atención podría variar entre inmediata (con atención de urgencia), urgente (no demorable más de una semana electivamente) o bien demorable no más allá de un mes. No podría finalizar este primer documento sin precisar las principales recomendaciones generales referentes a cambios de hábitos dietéticos, prescripción de ejercicio individualizado, control de comorbilidades asociadas en cada paciente y la posible prescripción de fármacos que han demostrado beneficios en la prevención y en el control sintomático de los pacientes con obesidad e insuficiencia cardiaca. En este último punto es prioritario diferenciar, por los diferentes datos de la evidencia, aquellos pacientes con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada o con insuficiencia cardiaca con fracción de eyección reducida, ya que el tratamiento variará según se especifica en el documento. Por otra parte, siguiendo en la importancia de las comorbilidades asociadas en el paciente con IC, cerca de un 20% presentan Desnutrición Relacionada con la Enfermedad (DRE), patología que agrava tanto el pronóstico como su calidad de vida. Asimismo, la IC puede provocar sarcopenia (afección que provoca la pérdida de fuerza, masa y la funcionalidad de los músculos). Ante esta magnitud, y con la posibilidad de realizar un diagnóstico precoz y mejorar el pronóstico tanto de la DRE como de la sarcopenia, ambas sociedades científicas han elaborado de forma conjunta un consenso que facilite la atención coordinada, multi e interdisciplinar. Medidas y herramientas Se proponen las siguientes medidas y herramientas: • Realizar cribado de DRE (test MNA-SF). • Realizar cribado (test SARC-F y medida del perímetro de pantorrilla) y evaluación (dinamometría, test funcionales) de sarcopenia.

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