62 DIABETES Y HTA Accesibilidad El think tank conformado por ocho expertos considera imprescindible que se mejore la accesibilidad desde la equidad territorial, para que ningún paciente se vea afectado por su código postal. Para ello será importante, recoge el informe, organizar campañas de sensibilización y concienciación coordinadas por asociaciones de pacientes y sociedades científicas que pongan de relevancia “la importancia de agilizar su puesta en marcha antes de alcanzar los plazos establecidos”. La estrategia debe potenciar la comunicación con las administraciones autonómicas y los diferentes grupos políticos que las componen, tanto los que gobiernan como la oposición. De igual manera, tanto médicos como pacientes apostarían por el uso de tecnologías sanitarias autorizadas por la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AETS) para facilitar su adopción por parte de los gestores. Dichos sistemas, más sostenibles en el tiempo, deberían mejorar la medición de resultados en salud, con el visto bueno de los pacientes. Esta toma de datos fomenta, por otra parte, una mayor equidad territorial y gestión de las historias clínicas electrónicas (HCe) al seguir el nivel de adherencia al tratamiento y cuantificar la mejora de la calidad de vida. En el camino hacia un fácil acceso, se propone descentralizar la indicación de estos dispositivos desde hospitalaria (AH) a Atención Primaria (AP) aunque, destacan, son conscientes del momento “difícil” por el que esta atraviesa, por lo que priorizan usar herramientas que faciliten la formación. Implementación Para alcanzar una implementación eficiente y sostenible en el tiempo de los MCG, abogan por definir un nuevo modelo asistencial más centrado en el empoderamiento del paciente y hacer de él “un verdadero gestor de su enfermedad”, siempre teniendo en cuenta las características particulares (si vive en zona urbana o rural). Antes de hacer uso de estas tecnologías, es conveniente que se muestre la capacitación de los pacientes, de ahí que una prescripción no solo clínica sino ad personam será clave, y pensando en especial en aquellos a los que aporta más valor. Obviamente, sin dejar de lado a ninguno por su posible brecha digital. Al respecto, se apuesta por una formación previa sobre estas tecnologías a los pacientes mediante una “instrucción estandarizada” en varios aspectos: cómo se implanta y se retira el sensor; se obtienen e interpretan los datos para la toma de decisiones o la información sobre el programa de descarga y la aplicación móvil para la gestión de estos. Asimismo, cuidadores y profesionales sanitarios deberán adquirir conocimientos para la monitorización remota de dicha información. Volviendo a la implementación, contemplan una serie de transferencias entre partidas dentro del presupuesto de Sanidad. España es uno de los últimos países europeos en financiar esta prestación, denuncian. Cubrir este gasto ahorraría dinero al SNS, tanto por la vía terapéutica como por la reducción de las complicaciones y, por lo tanto, la mejora de la calidad de vida del paciente. Para demostrar todo lo anterior, recomiendan realizar estudios de campo basados en Datos de Vida Real (Real World Evidence). Formación Esta se plantea de tal forma que consiga ser más efectiva y reduzca la carga de trabajo de los profesionales. Por este motivo, recomiendan también que los laboratorios de las compañías adjudicatarias se comprometan (a través de requerimientos contemplados en las licitaciones) para la formación tanto de profesionales sanitarios como de pacientes y familiares o cuidadores. Todo sin dejar de lado a la parte formativa del diagnosticado con DM2 tanto en diabetología como en la parte técnica del dispositivo. Es donde, subrayan los expertos, debería ponerse el foco, ya que “ha de ser el primero que debe contar con la capacidad necesaria para poder interpretar esos datos”. De ahí que la adecuada coordinación entre niveles asistenciales (AH y AP) debe de existir, incluso a través de una serie de centros acreditados para realizarla. El estudio menciona también que una figura como la del paciente experto, “pionera en diabetes”, debería incluirse como agente colaborador en este sentido, una vez recibida la formación específica pertinente. Adquisición Los autores dedican bastante espacio al enfoque de los procesos de adquisición de las tecnologías sanitarias. Así, tendrían que integrar a pacientes y profesionales en los procesos previos de definición y posterior adjudicación de los concursos, con el compromiso por parte del licenciatario de distribuir mediante un sistema de reparto a domicilio estos dispositivos, que debería ser un criterio de valoración en las licitaciones. El anterior estudio ya contemplaba algunas propuestas que vuelven a ser mencionadas en este por su relevancia: la necesidad de que cualquier tecnología sanitaria cuente con la misma evidencia científica que se pide en otros ámbitos de la medicina (aparte de contar con el marcado CE); y que también se fomenten nuevos tipos de contratación por parte de la Administración pública que apuesten por la innovación y la colaboración público-privada. En otras palabras, fomentar la compra pública innovadora con criterios sociales y medioambientales en detrimento del requisito “solo precio”, que en España suele oscilar entre 50 y 60 puntos en la valoración de la oferta, según se expuso durante el I Congreso de Derecho Farmacéutico celebrado en noviembre del 2022 que citan los autores. Estos aconsejan además tomar como referencia la recién publicada ‘Guía de compra pública eficiente de tecnología sanitaria’, elaborada por Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN). ESTA TOMA DE DATOS FOMENTA UNA MAYOR EQUIDAD TERRITORIAL Y GESTIÓN DE LAS HISTORIAS CLÍNICAS ELECTRÓNICAS AL SEGUIR EL NIVEL DE ADHERENCIA AL TRATAMIENTO Y CUANTIFICAR LA MEJORA DE LA CALIDAD DE VIDA
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