IM MÉDICO #61

69 A finales de 2022 la Real Academia Española (RAE) incorporó al diccionario la palabra ‘edadismo’, algo que la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) llevaba pidiendo desde hacía un par de años atrás. Acuñado por el gerontólogo y psiquiatra Robert Butler en la década de los 60, el término se refiere a los estereotipos y prejuicios existentes en relación a la edad. No en vano, las investigaciones sugieren que la discriminación por motivos de edad puede ser ahora incluso más generalizada que el sexismo y el racismo y tiene graves consecuencias. “El edadismo es un desafío cotidiano. Los mayores son ignorados para el empleo, con acceso restringido a los servicios sociales y estereotipado en los medios de comunicación. En definitiva, el edadismo margina y excluye a las personas mayores en sus comunidades”, reclamó la SEGG cuando solicitó que se acuñara el término. La sociedad que engloba a los geriatras apunta que el edadismo está muy extendido y es una práctica insidiosa que “tiene efectos nocivos sobre la salud de los adultos mayores. La discriminación de los mayores afectados por el Covid-19 en prácticamente todo el mundo y la importante tasa de mortalidad en las residencias de mayores son ejemplos trágicos de edadismo”. El doble de ancianos que de niños Además, la aceptación del término va más allá de la marginación, y está justificada en cuanto que se espera que la población mundial aumente en 2.000 millones de personas en los próximos 30 años, de 7.700 millones en la actualidad a 9.700 millones en 2050, según un nuevo informe de Naciones Unidas. “La población mundial está envejeciendo y el grupo de edad de 65 años o más es el que crece más rápidamente. Se estima que para 2.050, una de cada seis personas en el mundo (16% de la población) tendrá más de 65 años, lo que supone casi el doble de las que existían en 2019, una de cada 11 (9%). Este notable incremento de los adultos mayores en nuestras sociedades se debe, por un lado, al aumento de la expectativa de vida y, por otro, a la disminución de la tasa de natalidad”, reza la ONU. La longevidad de los seres humanos es un gran éxito, no cabe duda. Sin embargo, el incremento de adultos mayores en las sociedades ‘avanzadas’ se ha ido traduciendo en un rechazo a estos adultos mayores por suponer un ‘costo’ elevado para el ’sector productivo’de la población. Este rechazo inicial se ha ido convirtiendo con el tiempo en una actitud claramente discriminatoria hacia las personas mayores. En este contexto, el Fondo Monetario Internacional expresó que, “a medida que las poblaciones envejezcan en las próximas décadas, los ancianos consumirán una parte creciente de los recursos”, por lo que “hay que preocuparse por las implicaciones financieras potencialmente muy grandes del riesgo de longevidad”. Y es que, al margen de lo económico, el envejecimiento es sinónimo de salud más delicada. En la tercera edad las personas se vuelven más vulnerables y el riesgo de padecer una serie de enfermedades y patologías se multiplica. Tal es así que, a pesar de los grandes avances diagnósticos y terapéuticos, hay una serie de afecciones cuya prevalencia ha aumentado en los últimos años como consecuencia directa de la longevidad. Unas, aunque molestas, no son graves. Por ejemplo, prácticamente toda la población de la tercera edad sufre de artritis, o lo que es lo mismo, inflamación en articulaciones. El dolor que produce puede tratarse a base de rehabilitación o fármacos inflamatorios. Alzheimer y otras demencias Pero hay otro conjunto de patologías que son irreversibles. En ese grupo están, sin ningún asomo de dudas, las demencias. Hace unos meses la Fundacion del Cerebro (la organizacion sin ánimo de lucro creada con el apoyo cientifico e institucional de la Sociedad Espanola de Neurología) presentó los resultados del Informe ‘Impacto Social de la Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias’, el documento mas actualizado sobre epidemiología, morbi-mortalidad, discapacidad y dependencia, gasto socio-sanitario, repercusion familiar y atencion sanitaria que se ha realizado hasta la fecha sobre este síndrome en Espana.

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