IM MÉDICO #63

7 Se puede leer en el ‘Manual de Urgencias Neurológicas de la Sociedad Española de Neurología (SEN)’ que “el sistema nervioso surge como un desarrollo evolutivo filogenético que facilita la supervivencia y reproducción”. En él se explica que “su división y segmentación generan una distribución anatómica con funciones diferenciadas y especializadas”. En el caso de los humanos, se alcanza la mayor encefalización. Es lo que permite nuestro desarrollo moral y social, las emociones complejas y el pensamiento organizado avanzado. De la especificidad funcional espacial del sistema nervioso “deriva la peculiaridad que la Neurología aporta a la historia clínica: el valor de la localización”. La Neurología es precisamente la especialidad médica que tiene competencia en el estudio del sistema nervioso, y de las enfermedades del cerebro, la médula, los nervios periféricos y los músculos. Una de cada tres personas en el mundo sufre algún tipo de trastorno neurológico. Ictus, Alzheimer y Parkinson son enfermedades que tratan los neurólogos y que están muy relacionadas con el envejecimiento. Otras patologías que se ven en sus consultas son epilepsia, esclerosis múltiple, neuropatías periféricas, infecciones del sistema nervioso, tumores y cefaleas, entre otros. Comprobamos, además, que los servicios de neurología cada vez son más multidisciplinares. Es uno de los órganos vitales del cuerpo; por lo que cada 22 de julio, se celebra el Día Mundial del Cerebro. Controla las actividades cognitivas (pensar, abstraer, leer) y las reacciones del organismo (acciones y funciones corporales en respuesta a estímulos sensoriales). Consta de 100.000 millones de neuronas que son capaces de realizar más de diez billones de conexiones (sinapsis). Este año llevó el lema ‘Salud cerebral y discapacidad: no dejes a nadie atrás’. Se hizo hincapié en que el 15% de la población mundial, más de 1.000 millones de personas, sufre algún tipo de discapacidad y en que casi la mitad de esta discapacidad está causada por enfermedades neurológicas, el 44% en el caso de España. Aquí, nueve de las 15 enfermedades más frecuentes entre las personas que tienen reconocida una discapacidad son neurológicas. Destacan, sobre todo, el ictus, el Alzheimer, el Parkinson y la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). La migraña, la epilepsia, la esclerosis múltiple o la demencia frontotemporal son otras enfermedades neurológicas prevalentes con altos índices de discapacidad. Más allá de la ausencia de enfermedad Un mensaje que hay que dejar claro es que mantener sano el cerebro implica no sólo prevenir la aparición de enfermedades, sino generar bienestar, calidad de vida y prepararnos para un envejecimiento saludable. No hay que olvidar que la patología neurológica representa en el mundo la primera causa de pérdida de años de vida saludables y la segunda causa de muerte, de acuerdo con el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre impacto global de las enfermedades. Las personas con discapacidad tienen el doble de probabilidades de desarrollar afecciones crónicas que pueden afectar aún más negativamente la salud del cerebro, como depresión, diabetes, obesidad o problemas vasculares y pueden ver reducida hasta en 20 años su esperanza de vida. En España, en base a datos de la SEN, las enfermedades neurológicas son las responsables del 50% de los años perdidos por discapacidad, son las responsables del 23% de los años de vida perdidos por muerte prematura y las causantes del 19% de las muertes que se producen cada año. José Miguel Láinez, presidente de la SEN, confirmó, en el contexto del Día Mundial del Cerebro, que la carga de discapacidad y el número de personas afectadas por enfermedades neurológicas en países como el nuestro están en continuo aumento debido al envejecimiento de la población. No obstante, “la discapacidad cerebral puede afectarnos a todos, independientemente de la edad, sexo o nivel socioeconómico, por lo que es responsabilidad de todos priorizar la salud del cerebro y concienciarnos sobre el importante papel que desempeña el cerebro en nuestra salud y en nuestra calidad de vida”. Esta organización subraya que llevar hábitos de vida cerebrosaludables (realizar actividades intelectuales y físicas, seguir la dieta mediterránea, evitar el tabaco y el

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