IM MÉDICO #63

73 Él es, además, uno de los tres coordinadores científicos del documento ‘Situación de la enfermedad renal crónica en España’, que la sociedad científica lanzó el pasado noviembre en el marco del proyecto ‘PREVENT ERC’ (liderado además por la semFYC) y cuyo texto se volvió a actualizar este 4 de mayo. El trabajo, avalado a nivel científico por la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.), y con el apoyo de la Federación Nacional de Asociaciones ALCER (Asociación para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón), contó con un grupo de trabajo de ocho profesionales tanto de Atención Primaria (AP), nefrólogos, farmacéuticos y sanitarios en puestos de coordinación. Brotons lo describe como “un punto de partida” iniciado recientemente. Por tanto, explica, se encuentran en una fase de reuniones con las autoridades sanitarias de las distintas autonomías (el informe analiza las 17 que componen España, sin Ceuta ni Melilla) para dar a conocer sus resultados (obtenidos mediante encuestas a profesionales de AP y farmacéuticos de cada zona) y qué estrategias hay que seguir para frenar la inercia de la ERC, que más allá de suponer un importante coste económico para el Sistema Nacional de Salud (SNS) suponiendo cerca del 5,6% del presupuesto de Sanidad, lo tiene para la calidad de vida de los pacientes, de sus familiares y de la sociedad en su conjunto. De las conclusiones que se saquen tras analizar las respuestas y ser validadas por un experto (la muestra no fue significativa), servirá para diseñar estrategias e intervenciones de carácter preventivo en ERC desde la Atención Primaria de marco autonómico. Los datos, no obstante, tendrán carácter confidencial entre semFYC y los organismos autonómicos de salud. Respecto a la situación nacional, Brotons apunta a su “variabilidad”, ya que algunas comunidades autónomas (CC. AA.) tienen planes específicos encaminados al abordaje y detección de la ERC (en total son nueve); otras ocho han incluido su abordaje en sus Planes de Cronicidad; y tres más la contemplan dentro del marco del Plan de Salud general. “Sin embargo”, matiza el doctor, ni siquiera las CC. AA. que tienen planes estratégicos quiere decir “necesariamente” que los hayan implantado. El Ministerio de Consumo elaboró en 2015 un documento marco sobre esta patología, en el que ofrecía una serie de recomendaciones. Pues bien, en el estudio se indica que solo se han implementado un 15% de los objetivos. En otras palabras, un 85% de las medidas planteadas no se han puesto en marcha, variando entre autonomías. “Una de las debilidades que tienen muchas veces las competencias autonómicas de nuestro sistema sanitario es que no estandarizan las formas de actuación en determinadas patologías”, recuerda Brotons. No pasa así en otras enfermedades hacia las que la sociedad está más sensibilizada, y se ha actuado más, como la diabetes o la hipertensión arterial (HTA). La llave: el diagnóstico precoz De la población que se estima padece ERC, tan solo el 4,9% ha recibido un diagnóstico sobre su enfermedad, se advierte en el informe que han coordinado también los doctores Juan Carlos Obaya, médico de familia y coordinador del Grupo de Enfermedades Cardiovasculares de la semFYC, y Fernando Álvarez-Guisasola, médico de familia y coordinador del Grupo de Diabetes de la semFYC. El diagnóstico precoz es “fundamental”, zanja el profesional. Y Atención Primaria “es el protagonista” tanto en prevención primaria como secundaria, desde donde se debe identificar y registrar esta patología para así poder establecer estrategias e intervenciones sanitarias preventivas para ralentizar la progresión y garantizar la seguridad. De estos métodos diagnósticos, los más usados en la clínica, porque permiten calcular el impacto sobre la salud, son el filtrado glomerular estimado (FGe) y la albuminuria en una muestra de orina. “Habitualmente, el diagnóstico de la ERC suele producirse en estadios más avanzados, en los que el daño renal del paciente es más severo y donde los síntomas de la ERC son claramente manifiestos (tanto para el paciente como para el médico) y suelen ir acompañados de otras complicaciones clínicas que pueden afectar gravemente la salud. Un diagnóstico tardío de la ERC está directamente relacionado con un peor pronóstico para el paciente”, desarrolla Brotons. EUROPA Y ESTADOS UNIDOS HAN DECLARADO LA DÉCADA 2021-2030 COMO LA DÉCADA DEL RIÑÓN Las consecuencias de llegar tarde a la ERC se derivan en pacientes con mayor probabilidad de sufrir eventos cardiovasculares o, en los peores casos (en torno a un 1%), que desemboque en una enfermedad renal terminal. En el estadio 5, las únicas opciones terapéuticas pasan por tratamiento renal sustitutivo (TRS), como la diálisis o un trasplante. El TRS se considera un factor de incapacidad laboral, siendo solamente 1 de cada 5 pacientes en edad laboral los que trabajan. La TRS conlleva, también, pérdidas de productividad laboral por morbilidad de, aproximadamente, 5.537 euros por persona al año, según recoge el documento en un apartado vinculado a costes económicos. Pero, además, la demora en la detección de la enfermedad repercute en la eficacia y seguridad de los fármacos que actúan como opciones terapéuticas. La ERC, advierte, “es una de las mayores causas de hospitalizaciones atribuibles a medicamentos”. Aún más importante es centrar los esfuerzos en “prevenir incluso antes de diagnosticar precozmente”. Por eso, insta a que se difundan entre la población mensajes centrados en prevención renal: hábitos de vida saludables; dejar de fumar; un consumo moderado de sal… Si no se llega a tiempo, el siguiente paso es el diagnóstico precoz “para poder incidir sobre la historia natural de la misma y de forma que no haya que llegar a la hospitalización”. Por último, es importante remarcar que la ERC se presenta asociada a cuatro patologías crónicas de alta prevalencia: diabetes mellitus, hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca y cardiopatía isquémica; es por ello que estos pacientes suelen presentar un cuadro pluripatológico, crónico y complejo, con gran afectación de la calidad de vida. Tal es la magnitud del problema vinculado a esta patología que Europa y Estados Unidos han declarado la década 2021-2030 como la década del riñón. +

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