IM MÉDICO #63

9 LA TERCERA EDAD ES EL GRUPO DE EDAD CON MAYOR INCIDENCIA DE LA EPILEPSIA La epilepsia está aumentando en personas mayores, pero sus síntomas se confunden a menudo con otras enfermedades y los ancianos llegan a menudo a los centros de día sin diagnosticar, según datos de Neurovida, cuyos centros desarrollaron una campaña de concienciación con motivo del Día Nacional de la Epilepsia, el 24 de mayo. El incremento de la epilepsia en ancianos y su infradiagnóstico está confirmado en estudios recientes. Una investigación publicada en ‘Brain and Nerve’ en el mes de abril revela que hay un pico de epilepsia en ancianos y niños y, “teniendo en cuenta el rápido envejecimiento de la población, se espera que la prevalencia de la epilepsia en la población de edad avanzada aumente en el futuro”. Las características clínicas de la epilepsia en pacientes de edad avanzada difieren de las observadas en pacientes jóvenes, por lo que requieren “una atención cuidadosa a los síntomas de convulsiones sutiles”. “Es importante realizar una exhaustiva valoración de los pacientes en las áreas cognitiva, emocional y conductual y ver afectaciones en atención, memoria, lenguaje y funciones ejecutivas. Y es desde ahí desde donde se puede proponer una rehabilitación adecuada a la persona, que se adapte a sus dificultades y que contribuya a mejorar su calidad de vida”, explicó Priti Sadhwani, CEO de Neurovida. La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) advierte, en ese sentido, de que la Tercera Edad es el grupo de edad con mayor incidencia de la epilepsia, pero que se encuentra infradiagnosticada. Así, los mayores de 65 años sufren epilepsia tres veces más que las personas de 40 a 59 años. Se calcula que 50.000 ancianos padecen epilepsia en España. Para las personas mayores, la epilepsia es una de las enfermedades neurológicas más graves, inmediatamente después de los accidentes cerebrovasculares (ACV) y la demencia. Hacia los 70 años de edad, la incidencia de epilepsia es casi el doble que en los niños, y hacia los 80 es más de tres veces superior, advierte la SEGG en su ‘Guía de Buena Práctica Clínica: epilepsia en el anciano’. Las principales causas de la epilepsia en la tercera edad son: un problema vascular cerebral (responsable de aproximadamente la tercera parte de las epilepsias en este grupo de edad); tumores cerebrales, que provocan cerca del 12% de las epilepsias; problemas cardíacos, especialmente si producen disminución importante del flujo sanguíneo durante un período suficiente de tiempo; enfermedades degenerativas que dañen el cerebro como el Alzheimer; otras enfermedades como algunas relacionadas con problemas renales, trastornos hepáticos, diabetes, hipertensión arterial y alcoholismo; lesiones cerebrales como las secundarias a un traumatismo craneal; cirugía cerebral. Asimismo, si se ha padecido epilepsia en la juventud, es posible que las crisis vuelvan en edades avanzadas. El ictus es una urgencia médica, a la que hay que dar respuesta inmediata. Cada minuto que pasa mueren dos millones de neuronas. La rapidez determinará, en buena medida, el grado de discapacidad causado por la enfermedad. Se denomina Código Ictus al procedimiento de actuación sanitaria prehospitalaria basado en el reconocimiento precoz de los signos y síntomas de un ictus de probable naturaleza isquémica, con la consiguiente priorización de cuidados y traslado inmediato por parte de los Servicios de Urgencia a un hospital con Unidad de Ictus de aquellos pacientes que, por sus condiciones clínicas, puedan beneficiarse de una terapia de reperfusión y de cuidados especiales en una Unidad de Ictus. El objetivo de este procedimiento es que el tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas a la llegada a la puerta del hospital no sea superior a dos horas. En los últimos 20 años, la mortalidad y discapacidad por ictus ha disminuido, gracias a la mejora en la detección precoz y el control de los factores de riesgo. Alzheimer El 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer. Es la forma más común de demencia, un término general que se aplica a la pérdida de memoria y otras habilidades cognitivas que interfieren con la vida cotidiana. Se estima que para el año 2050 el número de personas con esta enfermedad ascenderá a 131,5 millones. El factor de riesgo conocido más importante es el aumento de la edad, y la mayoría de las personas con Alzheimer es mayor de 65 años. No es sólo la principal causa de demencia en todo el mundo, sino también la enfermedad que mayor discapacidad genera en personas mayores en España y, por consiguiente, con uno de los mayores gastos sociales. El informe ‘España en el mapa mundial de la producción científica en demencias y Alzheimer’, realizado por la empresa Research Mark Analytics e impulsado por la Fundación Pasqual Maragall, concluye que España es un país líder en investigación en Alzheimer, concretamente se encuentra en sexta posición mundial y tercera europea. Es una enfermedad progresiva, en la que los síntomas de demencia empeoran gradualmente con el paso de los años. La Fundación Pasqual Maragall insiste en que la creciente prevalencia de las demencias y el Alzheimer en España representa un desafío crítico para el sistema de salud, debido a su impacto económico y social. En nuestro país, hay más de 900.000 personas que padecen algún tipo de demencia, siendo el Alzheimer responsable del 60%-70% de los casos. Entre un 3% y un 4% de la población española de entre 75 y 79 años está diagnosticada de Alzheimer, un porcentaje que aumenta hasta el 34% en mayores de 85 años. La SEN calcula que alrededor del 15% de la población mayor de 65 años padece deterioro cognitivo leve y que, en el 50% de los casos, sería debido al Alzheimer. Se cree que el 80% de los casos que aún son leves está sin diagnosticar. Con la falta de tratamientos efectivos y el aumento de la esperanza de vida, se prevé que el número de afectados se duplique en las próximas

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