IM MÉDICO #64.2 ESPECIAL DOLOR

15 Las ventas de Analgésicos (N02) no permiten a este conjunto de fármacos levantar cabeza en los últimos periodos analizados. Al constatar crecimientos más modestos en valor y volumen, también se confirma que la difuminación de los efectos de la pandemia de Covid-19 en el tiempo va acompañada de una menor demanda de los fármacos dirigidos contra el dolor tal como confirman las menores ventas observadas en la red nacional de farmacias. Una red estatal que podría verse beneficiada, al igual que los neurólogos, por el enorme potencial que supone la Inteligencia Artificial (IA). Para un crecimiento natural, Inteligencia Artificial De interés siempre para el abordaje del dolor, recientemente la Neurología se ha postulado como una de las tres especialidades clínicas con mejores perspectivas por su beneficio potencial en la aplicación de la IA para el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades del área. A la vista de que, en los últimos cinco años, ha crecido en un 600% el número de dispositivos médicos con incorporación de esta tecnología y el aprendizaje automático de las máquinas con aprobación de la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Dentro de una cifra que supera los 500 dispositivos médicos de esta naturaleza, de los que el 34% están circunscritos a patologías del Sistema Nervioso Central, con un 37% de uso neurológico específico, yendo sólo por detrás de las aplicaciones proyectadas en radio-oncología y patología cardiovascular. Razón por la que la Sociedad Española de Neurología (SEN) pone en marcha el programa incubaSEN, dentro del área de Neurotecnología e Inteligencia Artificial de la que penderá el comité de nuevas tecnologías e innovación, TecnoSEN, para el fomento de start-ups tecnológicas que aporten soluciones tecnológicas basadas en IA, según criterios de innovación, seguridad y eficacia de los neurodispositivos. Desde esta óptica, los perfiles profesionales directamente concernidos en el mejor tratamiento del dolor, como son los neurólogos, se preparan para encarar el gran cambio que suponen los efectos de la aparición de ChatGPT hace apenas un año, con beneficios prometidos en triaje de ictus, diagnóstico de patologías neuromusculares e identificación de personas con enfermedad de Parkinson, que sin duda también auguran avances frente al dolor. Dado que, como explicó recientemente el doctor José Miguel Láinez, presidente de la SEN, “está claro es que GPT y otros grandes modelos de lenguaje, englobados dentro del término IA generativa, han abierto oportunidades de investigación, desarrollo e innovación en el ámbito clínico, inimaginables hasta hace apenas unos meses”. Al tener presente que, “hasta hace unos años, los sistemas de IA aplicados en Neurología sólo planteaban máquinas de predecir basadas en aprendizaje automático y aprendizaje profundo cuyas aplicaciones oscilan entre diagnósticas, con reducción del tiempo de interpretación de pruebas, mayor acceso, estandarización de criterios diagnósticos y creación de nuevos biomarcadores, entre otras posibilidades; pronósticas, para individualización y definición de nuevos marcadores; y terapéuticas (individualización de las decisiones terapéuticas, automatización del escalado terapéutico, ensayos clínicos basados en IA, aceleración del descubrimiento de nuevos tratamientos, etc.)”, como explicó el doctor David Ezpeleta, secretario de la sociedad científica; al confirmar también que “existen numerosas soluciones en desarrollo para análisis automático de imagen por tomografía computarizada sin contraste capaz de localizar de oclusiones en grandes vasos; como dispositivos portátiles que pueden predecir con alto grado de acierto el inicio de una crisis de migraña o un brote epiléptico; junto a una sobresaliente precisión sobre el uso de terapias biológicas, también mediante IA”. En un tiempo en que se espera que las aplicaciones clínicas derivadas de los avances en procesamiento del lenguaje natural e IA generativa aumenten de forma exponencial. Porque, como añadió el doctor Ezpeleta, “se desarrollan al presente grandes modelos de lenguaje no basados en ChatGPT y que están siendo entrenados específicamente con información médica para posibilitar conversaciones entre médicos y pacientes (PubMed), compartir historias clínicas electrónicas e imágenes radiológicas, mediante PMC-LLaMA, Med-PaLM 2 o ClinicalGPT, dentro de una precisión creciente”. En una dinámica de trabajo multimodal que trasciende el texto para generar imágenes, voz y vídeo, como añadió. Pero que también va más allá de los modelos algorítmicos para diagnosticar, recomendar, hacer pronósticos y automatizar la práctica asistencial. Aunque nunca desde la pretensión de sustituir al prescriptor humano, como también recuerdan los expertos en IA.

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