IM MÉDICO #64.2 ESPECIAL DOLOR

37 absolutamente subjetivo”. Le parece muy importante que, “al igual que no se explica la hipertensión arterial, los pacientes con dolor no han de explicar a sus conocidos el dolor”. Aclara que la patología más frecuente en las Unidades de Dolor es la lumbalgia, que “representa alrededor del 65% de la consulta de una Unidad de Dolor”. Existen todo tipo de posibles dolores en los pacientes con dolor, como dolor de hombro, dolor musculoesquelético y, en un porcentaje bajo, el dolor de origen oncológico. Un profesor le dijo hace poco que, para ver los cambios reales que se producen en cualquier materia, tenemos que mirar 30 años atrás. “Si lo hacemos en dolor; el cambio ha sido muy importante”, puntualiza. Se ha pasado de hacer sólo una epidural lumbar a poder implantar sistemas con registro o sistemas con múltiples programaciones. Afirma que “los tratamientos ecoguiados actualmente permiten realizar todo tipo de bloqueo con una visión directa y a tiempo real”. En ese sentido, “los avances han sido y son muy importantes”. Es decir, “la tecnología que se emplea en dispositivos y en diferentes técnicas de imagen ha facilitado realizar y tratar una inmensidad de nuevas patologías en las que no se podía actuar, y menos con la precisión que hoy en día se puede”. Le plantemos qué supone la Inteligencia Artificial (IA) en la comprensión de cómo afecta el dolor crónico al cuerpo de cada paciente, cómo ayuda a reducir el dolor y si se detectan y diagnostican enfermedades de forma más eficiente y precisa. “La IA va a tener, si no la tiene ya, una gran relevancia en el diagnóstico y enfoque de los pacientes con dolor, principalmente en el procesamiento de múltiples datos que puedan dar una visión y enfoque de los pacientes”, sostiene. La IA ha conseguido capturar los cambios en los comportamientos corporales relacionados con el dolor a lo largo del tiempo. Otro factor primordial, cuando hablamos del tratamiento del dolor, es “su utilidad en poder predecir la eficacia de determinados tratamientos empleados, de manera que los algoritmos de tratamiento mejoren de forma muy importante”. Vaticina que, igual que sucede en otras especialidades, “se conseguirá tener un tratamiento más eficaz y personalizado, algo de mucho interés en este tipo de patología, en las que no tenemos muchas variables de medición”. En cualquier caso, asegura que, “por más que la IA facilite diagnósticos y tratamientos, ninguno de estos avances sería posible sin el equipo humano, formado por grandes profesionales, que acompaña al paciente durante todo el proceso”. Dispositivos de vigilancia El doctor David Abejón describe que los sistemas de vigilancia que detectan signos de dolor en el cuerpo humano lo que persiguen es “poder tener en mente ciertos cambios en los signos vitales de los pacientes, como pueden ser cambios en la frecuencia cardiaca, o bien cambios en la tensión arterial, bien por aumento, en el dolor crónico, o bien hipotensión, como en las infecciones, que puedan ser trasladados a los médicos para poder adelantarnos a los problemas que puedan tener los pacientes, realizando un tratamiento efectivo de forma precoz”. A su parecer, el mayor problema y gran desafío de este tipo de dispositivos y de la propia implicación de la IA en los dispositivos médicos es el gran riesgo de protección de datos y manejo adecuado de los mismos. Por otra parte, se están desarrollando algoritmos de aprendizaje profundo que ayudarán a predecir con mayor precisión qué tratamiento sea más efectivo para reducir el dolor más eficientemente en un caso particular. El que ellos tienen del tratamiento del dolor es un enfoque multidisciplinar e intervencionista. “Desde nuestro punto de vista, parece que estas técnicas mínimamente invasivas son las que mejor resultado están teniendo en el tratamiento de pacientes con dolor”, manifiesta. En los sistemas de estimulación medular, el empleo de algoritmos específicos en la programación de los sistemas permite la personalización completa del tratamiento, “ya que cada uno de los pacientes precisa de un tipo de programación, en ocasiones, dependiendo del propio paciente y en ocasiones dependiendo del tipo de patología”. Con todo, el mayor reto al que nos enfrentamos ante este importante problema de salud pública, insiste, es el de tener una formación académica reglada y uniforme, vía universitaria y vía MIR. Otros son “dar visibilidad a las Unidades de Dolor y apoyar a este tipo de paciente, que en ocasiones se ve muy solo”. Concluye que la dirección está siendo buena, que “el avance en la investigación y desarrollo de terapias nos ayudará a tratar más pacientes y con resultados mucho mejores”. + “HAY QUE TRATAR DE CONSEGUIR QUE SE DESARROLLE UN ÁREA DE CAPACITACIÓN PARA POSTERIORMENTE CONSEGUIR SER UNA ESPECIALIDAD” “LOS TRATAMIENTOS ECOGUIADOS PERMITEN REALIZAR TODO TIPO DE BLOQUEO CON UNA VISIÓN DIRECTA Y A TIEMPO REAL”

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