119 salud integral de las personas y también la salud integral“. Es por ello que está centrada en ofrecer una atención excelente a los pacientes, salud integral y global, atención farmacéutica en otros ámbitos además del hospital. Mientras, la coordinadora científica del Comité, Garbiñe Lizeaga, destacó como pilares del evento, que reunió a cerca de 2.000 participantes, la salud ambiental, integral y digital. La estructura del congreso, con todo el contenido del programa científico, permitió “a los asistentes abordar el enfoque que hemos pretendido dar a la edición de este año como es el de la salud global desde distintas perspectivas, sin olvidar los técnicos de farmacia que cuentan también con su espacio”. Nueva Junta Directiva Tras cuatro años al frente de la SEFH, la hasta entonces presidenta de la sociedad Olga Delgado, jefa del Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Son Espases (Palma de Mallorca), dio paso a su sucesora en el cargo, Cecilia Martínez, especialista en Farmacia Hospitalaria del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Las elecciones para la renovación de la Junta Directiva se resolvieron en el marco del congreso. Martínez y su equipo, integrado por Jordi Nicolás, Monike de Miguel y José Antonio Marcos, se impusieron al de la otra candidata con un 63,91% de los votos. La participación fue del 42,47%, con 1.696 votantes sobre un censo de 3.993, según datos de la propia SEFH. Hacia la atención especializada El escenario actual en el que se desenvuelve el actual modelo de atención farmacéutica se caracteriza por el manejo de una farmacoterapia de alta complejidad, con innovación terapéutica constante y con un alto número de alternativas de tratamiento disponibles, lo cual puede complicar la elección de la mejor alternativa para un paciente concreto. Ello empuja a la necesidad de transformar dicho modelo para incorporar la atención farmacéutica personalizada y de precisión. En el marco del congreso se celebró un encuentro que, bajo el título ‘Un viaje hacia la evolución en la atención farmacéutica hospitalaria’, reunió a distintos expertos para reflexionar sobre el actual modelo y hacia dónde hay que dirigir su nuevo rumbo. Contó con la participación de María Queral, jefa del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Vall d´Hebrón, de Barcelona, y de Francisco Javier Merino, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Nta. Sra. de la Candelaria, de Santa Cruz de Tenerife. “El servicio y la trazabilidad que aporta la farmacia hospitalaria es enorme para la organización sanitaria, sin embargo, nos enfrentamos a una serie de brechas. Gran parte de la actividad que desarrollan los farmacéuticos hospitalarios no aparecen en los sistemas de información que sirven para la toma de decisiones de las gerencias hospitalarias. Se ha recorrido mucho camino, pero hay todavía más por hacer, y por ello hay que definir una hoja de ruta sobre hacia dónde tenemos que ir”, de acuerdo con José Luis Poveda, farmacéutico hospitalario y gerente del Hospital Universitario La Fe, de Valencia, que actuó de moderador en esta sesión. Y es que, como señaló al respecto Queral, durante su intervención, “llevamos años dándole vueltas, pero todavía no hemos acabado de definir el modelo de farmacia hospitalaria que precisamos. Consideramos que el rumbo debe dirigirse hacia una atención farmacéutica especializada y centralizada en las necesidades del paciente, continua e integrada con el resto del equipo asistencial, comprometida con la reducción del impacto medio ambiental, alineada con la sostenibilidad del sistema sanitario y descentralizada para mejorar su participación en la toma de decisiones junto con el resto del equipo asistencial”. A ello hay que sumar, según añadió, “la incorporación de la tecnología, la inteligencia artificial y la atención telemática”. Parte de estos cambios son debidos, según apuntó esta farmacéutica hospitalaria, a que “hemos aumentado mucho nuestra actividad, en especial en las unidades de pacientes externos, que cada vez más demanda mayor atención farmacéutica y más participación en el tratamiento, dado su mayor conocimiento y manejo de información, aunque no siempre de buena calidad”. Es por ello, tal como expuso Queral, que “la orientación de la nueva atención farmacéutica pivota, sobre todo, en la descentralización de la atención, la integración en los equipos clínicos para poder participar de manera activa en la toma de decisiones junto al resto del equipo asistencial”. Asimismo, agregó,“se debe potenciar la interacción del paciente con el farmacéutico durante la estancia hospitalaria, y la participación en investigaciones clínicas relacionadas con las áreas de conocimiento”. Programa formativo La SEFH también reivindicó que se den los pasos necesarios para la renovación y actualización del programa formativo de sus residentes. “No se puede funcionar con uno del siglo pasado”, según subrayó el hasta el pasado mes de julio, presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad, José Luis Poveda. “El bloqueo al que está sometido el conjunto de programas formativos es inadmisible”, critica Poveda. En concreto, el programa de Farmacia Hospitalaria no se actualiza desde 1999. “Hemos presentado al Ministerio de Sanidad hasta cuatro actualizaciones, pero debido a diversas situaciones, sobre todo a los sucesivos cambios en los cargos ministeriales y, en concreto, en la Dirección General de Ordenación Profesional, no se ha acelerado”. Es por ello que, desde la SEFH, se reclama un impulso y una actualización inmediata, que, a juicio de Poveda, debería ser “incluso anual en los tiempos que corren”. Dicha actualización pasa, según Delgado, por que “se modifique la especialidad en aquellos puntos en los que ya hemos avanzado más, cómo es que la actividad no se circunscriba solo al ámbito hospitalario, sino que podamos ejercer también en otros ámbitos fuera del hospital con los conocimientos de farmacia que hemos ido ampliando a lo largo de estos años”. De momento, como lamenta el miembro de la SEFH Poveda, se dispone de “uno real, que nadie sigue, por estar desfasado, y otro `virtual´, que en cada hospital se realiza, sin un modelo homologado, cada uno aplica las capacitaciones que se necesitan actualmente sobre sus residentes, en función de las necesidades”.
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