IM MÉDICO #64

71 La Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) alerta: se deberían contratar entre 370 y 565 psiquiatras al año durante el próximo lustro para alcanzar unas ratios óptimas en la atención a la salud mental. En resumidas cuentas, el titular del ‘Libro Blanco de la Psiquiatría en España’, presentado antes de verano por la SEPSM, es que el escenario de la especialidad no es nada halagüeño. El documento, un volumen de más de 150 páginas cuyo trabajo comenzó en el segundo semestre de 2021, pretende “ofrecer datos reales de la situación actual de la Psiquiatría en España para permitir que se tomen decisiones en base a los mismos para mejorar la atención a la salud mental en España”, según Celso Arango, expresidente de la SEPSM y su principal responsable cuando se inició a redactar. Según sus impulsores, la publicación ofrece una visión amplia y transversal, para poder así detectar los principales retos y áreas de mejora y emitir recomendaciones basadas en las mismas. No en vano, la salud mental se ha posicionado como un problema prioritario de Salud pública, dado el incremento de la demanda de atención en este ámbito, especialmente tras la pandemia de la Covid-19. No se puede obviar que el 29% de la población española padece algún trastorno mental, que el 4% del PIB se asocia a los costes totales relacionados con la mala salud mental y, sobre todo, que 4.003 personas fallecieron por suicidio en España en 2021. Una ratio de profesionales muy por debajo de la media Por todo ello, entre esas cifras que re eja el ‘Libro Blanco de la Psiquiatría en España‘ destaca que en la actualidad hay 4.393 psiquiatras en la red pública de atención a la salud mental, lo que supone una ratio de 9,27 psiquiatras por cada 100.000 habitantes. Esa ratio asciende hasta 11,5 si se incluyen en la cuenta a los 1.036 psiquiatras que se encontraban en formación en 2021. Eso sí, cabe tener en cuenta que no todos los residentes terminan la formación, además de que no todos los psiquiatras que acaban la formación ejercen su actividad profesional en psiquiatría o permanecen en España. Al respecto, el trabajo analiza cómo se estructura la actividad de los profesionales. Así, se ve que mayoritariamente ejercen su profesión en el ámbito ambulatorio (61,2%), que poco más de la mitad tiene plaza ja (53,6%), que el 84,8% ejerce su actividad en psiquiatría de adultos, y que casi todos (el 91,7% en concreto) tiene jornada completa. En comparativa con otros países de nuestro entorno, esas ratios sitúan a España lejos de países europeos como Portugal (14), República Checha (15), Bélgica (17), o Dinamarca, Reino Unido e Irlanda (19); y a años luz de los países más avanzados de la Unión Europea, como es el caso de Austria y Suecia (22), Francia (23), Noruega (26) o Alemania (28). Lo más preocupante es que la situación, si transita por el camino esperado, empeoraría en los próximos años por el simple hecho de que alrededor del 20,8% de los psiquiatras en activo son mayores de 60 años (913, mientras que el 6,7% ha superado ya la barrera de los 65 años (296). Se estima que el 34,7% de los psiquiatras colegiados en España ejercen su actividad fuera del ámbito público y que el 28% de ellos están próximos a jubilación (más de 60 años), lo que puede poner en riesgo su capacidad de reforzar la atención pública. Así pues, de aquí a cinco años se espera que se jubilen un número importante de profesionales, alrededor de 1.000. “Necesitamos que se incorporen entre 370 y 565 psiquiatras al año durante los próximos cinco años, manteniendo constante el número de especialistas en formación, para alcanzar en el próximo lustro ratios óptimas de entre 13 y 15 psiquiatras por cada 100.000 habitantes”, recalcó Celso Arango en la presentación del documento. Asimismo, alertó que “la falta de profesionales de salud mental (no solo de psiquiatras, sino también de psicólogos clínicos y de enfermeras especialistas en salud mental) tiene como consecuencia un dé cit de recursos para apoyar a las personas con trastornos mentales”. Elevados tiempos y listas de espera a nivel general, tanto para consultas como para hospitalización, son los principales problemas que justi can la necesidad de disponer de mayores recursos. Y es que España se encuentra por debajo de la media de países europeos en disponibilidad de recursos de atención a la Salud Mental, tanto de adultos como infantojuvenil. Esto conlleva, según los expertos, una necesidad generalizada de reforzar la red de dispositivos de atención a la salud mental, para garantizar un acceso adecuado,

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