IM MÉDICO #64

99 La actualidad de la psiquiatría, a debate En cuanto a las novedades científicas que traerá el Congreso SEPSM, el presidente avanza que“se van a abordar todos los temas candentes de la psiquiatría actual, tanto en aspectos como el diagnóstico, la epidemiología, las causas o el tratamiento de los trastornos mentales, desde una perspectiva integral y, por lo tanto, no reduccionista”. Como temas concretos, cita “la utilización de fármacos psicodélicos, sistemas de salud inteligentes en salud mental, el papel de la metacognición en los trastornos psicóticos, terapias digitales, el reto de los trastornos por uso de sustancias en la Psiquiatría de hoy, o la disbiosis intestinal en los trastornos mentales graves”. “Pero también vamos a revisar temas que nos ocupan desde hace tiempo, pero que siguen siendo de rabiosa actualidad, como el suicidio, los trastornos de personalidad o los trastornos de la conducta alimentaria. Es importante señalar también la diversidad de formatos de las sesiones científicas, desde los pósteres hasta los simposios, encuentros con el experto, cursos y talleres, de manera que se trata tanto la información sobre la investigación más reciente como la formación continuada sobre técnicas y habilidades clínicas”, añade. Además destaca que en el congreso se van a presentar avances en la utilización clínica de dos terapias farmacológicas de introducción muy recientes en nuestro país, como la esketamina y el daridorexant, “para el tratamiento de problemas clínicos tan relevantes como la depresión resistente o el insomnio, respectivamente”. Pero, a su vez, avanza que “se va a profundizar en los mecanismos de acción de los tratamientos; por ejemplo, sobre la implicación del BDNF en la respuesta antidepresiva, desde la intervención dietética hasta el tratamiento con esketamina o terapia electroconvulsiva”. Otra área terapéutica a la que se va a dar una importancia especial es la psicoterapia. Por ejemplo, explica el presidente de la SEPSM, “se están produciendo avances en el tratamiento de los síntomas cognitivos de los trastornos mentales graves, y ese es el objetivo de un grupo de trabajo de reciente creación dentro de la sociedad que se va a presentar en el congreso”. Las nuevas tecnologías también tienen un lugar relevante, como las recientes investigaciones en Salud Mental basadas en registros clínicos electrónicos; es decir, “las utilidades prácticas del Big Data sanitario”. Otro aspecto novedoso es la incorporación de los fenómenos ambientales a la comprensión y abordaje de los trastornos mentales, que “va a tratarse en una sesión dedicada a los avances en el estudio de los factores ambientales tempranos en el origen, curso y respuesta al tratamiento en la enfermedad mental”. Actualmente, hay dos factores que definen la situación en Psiquiatría y Salud Mental que se está viviendo en estos momentos en nuestro país: el crecimiento de la demanda de atención y la escasez de profesionales, no solo psiquiatras, para atenderla. En cuanto al primer elemento, a su vez hay que distinguir dos aspectos causales. Por una parte, “la concurrencia de circunstancias sociales y sanitarias que tienen repercusión sobre la salud mental, como la reciente pandemia de la Covid-19, la inmigración, la soledad, la crisis económica, el desempleo, el uso generalizado de tóxicos/alcohol y la desigualdad social”. Por otra, señala Martín, “el aumento de la vulnerabilidad a nivel individual, que afecta especialmente a los más jóvenes, y que también tiene toda una serie de factores que pueden estar influyendo en ella, desde los problemas de la configuración de la identidad personal a la oleada de cambios en la estructuración de la sociedad que estamos viviendo y que son propios de la sociedad posmoderna en la que vivimos”. Los jóvenes, los más afectados por la pandemia La pandemia de la Covid-19 tuvo una repercusión más importante sobre los jóvenes, para sorpresa de muchos. Se produjo“el aumento de la demanda de atención para esta población, que se inició entonces y se mantiene, dos años más tarde”. Hay otros factores que están jugando un papel importante y que hay que considerar, como la disminución de la resiliencia en los jóvenes debido a los problemas en la configuración de la identidad. “Lo que se reflejaría, por el ejemplo, en el aumento de las patologías y trastornos de conducta que están relacionados con la identidad, como el trastorno límite de personalidad, los trastornos de la conducta alimentaria o las autolesiones no suicidas”, expone. Precisamente, en el congreso va a abordarse esta problemática, en una sesión sobre la dimensión transcultural de la identidad individual y social, o en varias sesiones sobre trastornos de personalidad y trastornos de la conducta alimentaria, entre otras. Asimismo, “hay algunos datos alarmantes que pueden influir a corto plazo sobre la salud mental” como el “incremento del consumo de sustancias (como el fentanilo, siguiendo la influencia estadounidense, o la generalización del consumo de cannabis), la vulnerabilidad de los más jóvenes, que puede estar relacionada con el empleo indiscriminado de las redes sociales e internet y, especialmente, la incertidumbre sobre la situación económica, que puede contribuir de forma determinante a la salud mental a través de situaciones como el desempleo o el aumento de la pobreza”. Por otro lado, considera “que la concienciación social sobre la necesidad de cuidar la salud mental ha mejorado en los últimos años, precisamente a partir de la pandemia”. Desde su perspectiva, “hay un mayor debate político y social sobre este tema y son muchas las personas con relevancia social que se han atrevido a comentar públicamente sus dificultades”. No obstante, hay que señalar que esta normalización está dejando fuera, en términos generales, a los llamados trastornos mentales graves. “Es mucho menos frecuente hablar con naturalidad de que uno padece una esquizofrenia o un trastorno bipolar, por ejemplo. Esto entraña el riesgo de dejar fuera de la agenda política y social precisamente a las personas más afectadas y sobre las que pesa un estigma mayor”. A nivel de acción de gobierno nacional, la legislatura pasada se saldó con una actualización de la Estrategia de Salud Mental del SNS y el Plan de Acción de Salud Mental 2022-2024, en coordinación con la Estrategia de Salud Mental con una dotación de 100 millones de euros, y la creación de la Línea 024 de atención a la conducta suicida. “La revisión de la Estrategia era totalmente necesaria y contiene puntos valiosos, aunque la SEPSM ya denunció sus carencias y creemos que va a ser necesaria una nueva actualización en la próxima legislatura”, aclara. En cuanto al resto de medidas, la opinión de los psiquiatras es que son valiosas, pero muy insuficientes. “Sería fundamental abordar la renovación e implementación de los Planes de Salud Mental en todas las CC. AA. dotándolos de los recursos necesarios, elaborar un Plan de Prevención y Actuación ante el Suicidio a nivel nacional y abordar con urgencia los problemas de las listas de espera y la escasez de profesionales. Por nuestra parte, estamos dispuestos a colaborar en todas las iniciativas”, comenta. +

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=