113 Esto de “construir y diseñar edificios y espacios públicos que fomenten la actividad física y garanticen la accesibilidad es una medida de prevención primaria”. Así lo manifiesta desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) su vicepresidenta primera, María Isabel Moya. Hace unos meses los máximos órganos representativos de médicos y arquitectos firmaron un convenio de colaboración para desarrollar acciones conjuntas y formativas cuyo objetivo es impulsar la creación de espacios y ciudades saludables como actuación preventiva y eficaz para reducir el impacto de los factores de riesgo para la salud y el bienestar de la población derivados del calentamiento global. Aún están por definir algunos aspectos, aunque ya se sabe que una de las líneas concretas será la estandarización de los espacios públicos cardioprotegidos. Pero como señala Marta Vall-llossera, presidenta del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), el fin último es sensibilizar a la ciudadanía de la relación entre la calidad de las viviendas, barrios y ciudades y la salud, “entendida desde un punto de vista individual, que abarca los aspectos físicos y mentales, y también desde una perspectiva colectiva, de un entorno que compartimos”. Son muchos los factores de riesgo a los que los ciudadanos se exponen en entornos perjudiciales: “Cardiovasculares; diabetes; hipertensión arterial (HTA); enfermedades respiratorias como el asma y la bronquitis y, por supuesto, el cáncer”, enumera Moya. También alude a los problemas de salud mental que generan este tipo de espacios; otro aspecto amenazante son las enfermedades infecciosas o emergentes que se transmiten por vectores como mosquitos o garrapatas. “Por ello, especialidades médicas como Medicina Familiar y Comunitaria, Cardiología, Neumología, Alergología, Oncología, Psiquiatría y Medicina Preventiva y Salud Pública estarían muy involucradas”, completa. CGCOM y CSCAE comienzan estas colaboraciones porque, coinciden ambas presidentas, “crear entornos más saludables y seguros para las personas reduce el riesgo de enfermedades y lesiones”, por lo que es fundamental enfocar el diseño de las ciudades y las viviendas en base a la prevención y promoción de la salud. Desde la parte médica, concienciando a los pacientes y sus familiares. Y por parte de los arquitectos, para dar a conocer y divulgar entre los profesionales sanitarios esa importancia del mantenimiento y la mejora de los espacios donde se habita, ya sean privados o públicos. Sería una manera preventiva de disminuir los efectos que la emergencia climática ya provoca. Se estima que el 80% de los determinantes sociales que influyen sobre la salud están fuera del sistema sanitario, y de estos, el 25% que condiciona nuestra salud vienen marcados por los entornos que habitamos y la situación de nuestras ciudades, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El parque de edificios más viejo de Europa Tanto es así que, según los datos que comparte el CSCAE, el parque de edificios de España es el más envejecido de Europa, con una media superior a los 20 años de antigüedad. Es decir, aproximadamente diez millones de viviendas susceptibles de ser rehabilitadas. “Más de la mitad de los 25,7 millones de viviendas que hay en España necesitan de una rehabilitación energética, porque se construyeron antes de la entrada en vigor de la primera normativa básica que exigía unos mínimos de eficiencia, en el año 1979”, añade Vall-llossera. A esto se suma que, según estudios de la Fundación Mutua de Propietarios, casi 2 millones de personas no pueden salir de sus viviendas sin ayuda por problemas de movilidad reducida, lo que acentúa sus posibles comorbilidades y la cronicidad. La presidenta de los arquitectos también apunta a la “falta de funcionalidad” de los espacios habitables durante la pandemia de Covid19, al mismo tiempo que persisten problemas de conservación, “que pueden derivar en problemas de salud”. Por tanto, “rehabilitar y renovar el parque edificado mejorará su habitabilidad y su salubridad”. Aumentaría, explica, el confort térmico y protegería frente a enfermedades comunes como, por ejemplo, los resfriados. Si bien tiene claro que “no hay dos edificios iguales” y que es imprescindible “un estudio en profundidad de sus necesidades”. En paralelo, la implicación de las administraciones públicas es fundamental para po-
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