38 ONCOLOGÍA BERTA HERNÁNDEZ (MÉDICO ADJUNTO DE ONCOLOGÍA MÉDICA ESPECIALIZADA EN CANCER DE PIEL O MELANOMA EN EL HOSPITAL UNIVERSITARIO DE LA PRINCESA, CENTRO PÚBLICO DE LA COMUNIDAD DE MADRID) Nº COLEGIADA: 2857871 Dedicada al tratamiento de tumores cutáneos, cáncer de pulmón y tumores de SNC, la primera pregunta era obligada: ¿cómo ha visto cambiar la oncología en los últimos años? “Los distintos avances diagnósticos, quirúrgicos y de RT, junto con el desarrollo de nuevos fármacos oncológicos, especialmente la inmunoterapia y las terapias dirigidas, han permitido un claro aumento de la supervivencia del paciente oncológico y una mejor calidad de vida”, detalla Berta Hernández. El principal factor de riesgo para el desarrollo de melanoma y de otros tumores cutáneos es la exposición inadecuada y excesiva al sol, especialmente en la infancia y juventud. “La mejor prevención es una exposición responsable al sol. Otros factores son la inmunosupresión, la edad, algunas enfermedades genéticas, la presencia de múltiples lunares o los fototipos bajos”. No en vano, el cáncer de piel o melanoma es uno de los más prevalentes en el mundo. En concreto, se trata de uno de los tumores malignos cuya incidencia ha aumentado más rápidamente en los últimos años, aproximadamente un 50% a lo largo de los últimos 20 años. “SEOM estima más de 7.800 nuevos casos de melanoma en 2024, siendo más frecuente en mujeres y en mayores de 65 años”. En la última década ha cambiado el paradigma de tratamiento del melanoma, asegura Berta Hernández, pues “la inmunoterapia y la terapia dirigida han cambiado su pronóstico”, permitiendo el aumento de pacientes curados y la supervivencia de pacientes con enfermedad avanzada. Asimismo, “actualmente se encuentran en desarrollo distintas combinaciones y nuevas estrategias de inmunoterapia como vacunas, virus oncolíticos o terapia celular adoptiva, que en un futuro incrementarán el arsenal terapéutico de estos tumores”. También en el diagnóstico se ha progresado muchísimo. “La aplicación de nuevas tecnologías, como la dermatoscopia digital y el mapeo corporal completo, permiten diagnósticos de melanoma más precoces. Además, la teledermatología facilita el acceso preferente al dermatólogo de los pacientes con sospecha de cáncer de piel”. Como no puede ser de otra manera, también es fundamental el manejo multidisciplinar de los tumores cutáneos. “Una de las ventajas de nuestro centro es el buen funcionamiento del comité de tumores cutáneos y la creación de una Unidad Funcional de Onco-dermatología, donde se valoran los pacientes de forma conjunta”. ¿Qué diferencias existen entre el cáncer de piel o melanoma y el cáncer de piel no Melanoma? “El melanoma se origina en los melanocitos de la epidermis, y es el más agresivo debido a su capacidad de diseminarse hacia otros órganos con mayor rapidez”, explica, y continúa: “El cáncer de piel no melanoma se refiere al carcinoma basocelular y al carcinoma espinocelular que se originan en las capas interiores de la piel. Son mucho más frecuentes e indolentes que el melanoma”. Con todo, la prevención es esencial, pero ¿cuál es la mejor estrategia? “El cáncer de piel es uno de los tipos de cáncer más prevenibles. Por ello es muy importante educar a la población en la protección solar adecuada y la autoexploración periódica, dada la importancia de un diagnóstico temprano”. Subraya iniciativas como la campaña Euromelanoma, en la que España participa desde 2000. “Se centra en la prevención tanto primaria como secundaria del cáncer cutáneo, ofreciendo exámenes gratuitos de piel, charlas, intervenciones en colegios y en RRSS”. Pese a todos estos avances, aún quedan importantes retos. “Mejorar la prevención, el manejo de los pacientes refractarios a los tratamientos actuales o la implementación más ágil de nuevos tratamientos, son algunos de ellos. También potenciar la investigación clínica y traslacional que permita desarrollar biomarcadores pronósticos y predictivos, así como nuevos tratamientos”. “MÁS DE 7.800 NUEVOS CASOS DE MELANOMA SE DIAGNOSTICARÁN EN ESPAÑA EN 2024, SIENDO MÁS FRECUENTE EN MUJERES Y EN MAYORES DE 65 AÑOS”
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