40 ONCOLOGÍA BLANCA HERRERO (COORDINADORA DEL GRUPO DE TRABAJO DE EJERCICIO Y CÁNCER DE SEOM, Y ONCÓLOGA MÉDICO DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO GREGORIO MARAÑÓN DE MADRID) Nº COLEGIADA: 283906544 La evidencia científica demuestra que el ejercicio físico regular reduce hasta un 30% el riesgo de desarrollar determinados tipos de cáncer: mama, colorrectal, vejiga, endometrio y esófago. ¿A qué se debe y por qué es tan beneficioso? Hablamos con Blanca Herrero, coordinadora del Grupo de Trabajo de Ejercicio y Cáncer de SEOM, y oncóloga médico del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid: “El ejercicio físico tiene efectos beneficiosos a nivel metabólico (disminución de la masa grasa y de la producción de hormonas sexuales, liberación de sustancias por el músculo activo -mioquinas- o por otros tejidos durante la realización de ejercicio -exerquinas- con actividad antitumoral, etc.) e inmunitario (favorece la inmunovigilancia de tejidos sanos, la producción de sustancias con poder antiinflamatorio, etc.)”. Blanca Herrero es una auténtica convencida y defensora de las mejoras asociadas a la actividad física. “Como oncólogos estamos transmitiendo los beneficios del ejercicio de una forma cada vez más clara y contundente a nuestros pacientes, y espero que logremos lo mismo con la población en general”, comenta. Y es que, pese a que incide en mejoras sustanciales en determinados cánceres, el ejercicio físico es beneficioso para todo tipo de tumor:“Incluso aunque solo se obtuvieran beneficios en cuanto a mejorar la tolerancia a los tratamientos antineoplásicos, la práctica de ejercicio físico debe estar recomendada en todos los pacientes con cáncer y a lo largo de toda la enfermedad”. En este sentido, ¿qué tipo de ejercicios se recomiendan? “De forma general, ejercicios aeróbicos (correr, nadar, montar en bici, etc.) y de resistencia (de fuerza, con el propio peso corporal, cintas elásticas o pesos externos como mancuernas o barras), pues son los que tienen un número de estudios que respaldan sus beneficios en el paciente oncológicos”, apunta Blanca Herrero, y añade: “Por el contrario, hay una evidencia muy limitada sobre los efectos de ejercicios de flexibilidad y equilibrio en el paciente con cáncer”. Lo que es fundamental es que sea una actividad física controlada y bajo la supervisión de profesionales, “de manera que los ejercicios deberán individualizarse tras una completa evaluación de cada paciente teniendo en cuenta su funcionalidad física, sus comorbilidades, el estatus de la enfermedad y los tratamientos oncológicos, así como diversos condicionantes socioeconómicos”. La mayor parte de los cánceres son de origen multifactorial. Entre los factores modificables que favorecen su desarrollo se encuentran los hábitos de vida no saludables: el sedentarismo, la obesidad, la exposición a hábitos tóxicos (el tabaco, el alcohol y otras drogas) así como una dieta no saludable. “Debemos invertir nuestros esfuerzos en generar buenas campañas de concienciación que lleguen a la población de forma global para lograr, finalmente, una excelente adherencia a los hábitos de vida saludables”. Precisamente, SEOM ha pilotado la campaña Ejercicio contra el cáncer, como parte de la labor de concienciación de la población en general y de los pacientes oncológicos y sus médicos en particular sobre los beneficios del ejercicio físico en la prevención, durante el tratamiento y en los supervivientes del cáncer. Así lo explica Blanca Herrero: “Junto a ello, se pretende generar unas directrices de derivación de los pacientes a distintos circuitos que cuenten con profesionales sanitarios y/o especialistas en ejercicio físico”. Toda esto no sería posible sin la existencia de equipos multidisciplinares compuestos por oncólogos médicos, médicos rehabilitadores, oncólogos radioterápicos, enfermeros, fisioterapeutas, licenciados en ciencias de la actividad física y el deporte. “Sin embargo, la articulación de estos equipos dentro de la organización de nuestro Sistema Nacional de Salud no está exenta de dificultades”, apunta, y añade: “Por lo que está en manos de todos trabajar para poder implementar distintos programas multidisciplinares para que el paciente oncológico pueda practicar ejercicio de manera óptima”. Los beneficios del ejercicio físico en el paciente con diagnóstico de cáncer y en la prevención de esta enfermedad así lo evidencian. “Canadá y EE. UU. son países pioneros en poner en marcha este tipo de medidas. Pero hoy por hoy muchos países de la UE, como es el caso de España, trabajan de forma coordinada para generar evidencia en el ámbito del ejercicio y el cáncer”, finaliza. + “MUCHOS PAÍSES DE LA UE TRABAJAN DE FORMA COORDINADA PARA GENERAR EVIDENCIA EN EL ÁMBITO DEL EJERCICIO Y EL CÁNCER”
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