89 des que completaron el programa científico y los más de 2.000 trabajos presentados. Hay muchos desafíos por delante: la propia cronicidad; la emergencia climática o el impacto de la implantación de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial (IA) en la práctica clínica diaria son solo algunos de ellos. Al mismo tiempo, la sociedad científica apremia a mejorar la ratio de profesionales en nuestro país, situada en 8,4 internistas por cada 100.000 habitantes. Lo ideal, señalan desde la SEMI, sería estar entre 11 y 13. “Veremos mermado nuestro futuro por un inquietante proceso de desertificación médica”, avisó Carretero. Para ella, una de las soluciones pasaría por ampliar el número de plazas MIR. Otro de los caballos de batalla es la creación de una especialidad de Urgencias. Tanto la SEMI como las sociedades científicas de Primaria en su conjunto (SEMERGEN, SEMG y semFYC) consideran más adecuado que fuese un área de capacitación específica. “No hacía falta fragmentar”, replicó Carretero. Las sociedades científicas observan un futuro problema tanto para los residentes de Medicina de Familia que desarrollan su labor en Urgencias, como para los profesionales que actualmente trabajan en ellas. Aunque desde la SEMI no creen que este hecho suponga un impacto significativo en los internistas, lo que sí lo tiene es la falta de profesionales. En especial, para cubrir áreas de difícil cobertura, sin atractivos para los médicos recién egresados y sin incentivos para que quieran recalar en ellas. Por eso hablaron durante su congreso de que hace falta una activación “urgente” del programa formativo aprobado desde el año pasado. Los datos de la especialidad En paralelo al congreso nacional se celebró también el 15º Congreso de la Sociedad de Medicina Interna de la Comunidad Valenciana (SMICV), lo que supuso “un honor y un privilegio” en palabras del presidente de la Sociedad de Medicina Interna de la Comunitat Valenciana (SMICV) y presidente Ejecutivo de los Comités Organizador y Científico, Óscar Torregrosa. Una de las actividades más clarificadoras celebradas durante los tres días de duración del evento fue la presentación de la encuesta RECALMIN 2023, que permite arrojar más luz sobre la situación en la que están los servicios de Medicina Interna en España. El 53% (101) de los centros de nuestro país han participado, lo que supone una cobertura del 55% del total de la población y el 56% del total de camas. No obstante, se trabaja por mejorar esos datos y conseguir englobar a un porcentaje superior al 60%. El promedio de camas de los centros en los SMI que han respondido es de 476, con una población en su ámbito de influencia de en torno a 150.000 y 250.000 habitantes. Aunque hay mucha variabilidad entre comunidades autónomas, matizaron desde la SEMI. En términos absolutos, el número de altas ascendió en 2021 a 750.590 (alrededor del 20% del total de las que se dan en el SNS). En total, en el periodo comprendido entre 2016 y 2021 se efectuaron más de 4,4 millones de altas en Medicina Interna. También se detecta margen de mejora en la implantación de planes compartidos con Atención Primaria, que se sitúa en el 43% actualmente; los pases de visitas multidisciplinares (41%), y en los sistemas de alerta temprana y respuesta rápida (51%). En general, concluyeron los expertos, se han dado escasos avances en este sentido durante el periodo comprendido entre 2007 y 2022. Alianza con Atención Primaria frente a la cronicidad Una de las mesas se centró precisamente en el reto latente de la cronicidad desde la perspectiva de las dos especialidades para las que representará una mayor carga asistencial: Primaria y Medicina Interna. En el caso de los internistas, representa el 60% del total de los pacientes que atienden, por lo que desde la SEMI ofrecen su colaboración a las autoridades centrales y autonómicas para poner en marcha estrategias que hagan frente a esa tendencia cada vez más creciente. En paralelo, la sociedad científica refuerza su colaboración con las de Atención Primaria: el pasado marzo tanto SEMI como la semFYC publicaron la conocida como Declaración de Mérida de 2023 sobre atención a la cronicidad. La presidenta de la semFYC, Remedios Martín Álvarez, advirtió que más que la cronicidad, el problema principal es la multimorbilidad, que ocasiona “situaciones clínicas complejas” donde requieren de la colaboración de los especialistas. Las enfermedades crónicas sobre las sociedades y las economías suponen un “enorme impacto” en la atención hospitalaria, añadió María Dolores Martín Escalante, del Servicio de Medicina Interna en el Hospital Costa del Sol de Marbella (Málaga) y representante de la SEMI en la Estrategia del Abordaje de la Cronicidad del Ministerio de Sanidad. Más aún en el futuro en el que para 2050 se prevé que la población mayor de 65 años se haya duplicado, y los mayores de 95 años sean ocho veces más que los de ahora, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística. Como resultado, los ingresos en los servicios de Medicina Interna se duplicarán para ese año. En el periodo 20052015 se registró un aumento del 53% en las hospitalizaciones de este tipo de pacientes: “Las enfermedades crónicas son las pruebas de fuego para los sistemas de salud”. No hay que perder de vista que hasta el 80% de los recursos del SNS se destinan a enfermedades crónicas. Más de 21 millones de personas de 15 años o más están diagnosticadas con alguna enfermedad crónica, lo que equivale al 54% de la población. “Esto nos une a las entidades de pacientes y plantea retos apasionantes”, expresó Tomás Castillo, vicepresidente de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP). Además, en nuestro país las enfermedades crónicas no transmisibles son responsables del 91% de las muertes de estos pacientes. Por tanto, también es fundamental establecer una visión integral y holística de este fenómeno y, por parte de la administración, desarrollar una visión estratégica que precise hacia dónde destinar los recursos. Una de esas enfermedades crónicas que cada vez preocupan más es la obesidad. Por esta razón se le dedicó también parte del programa científico, como durante el análisis que se hizo del Informe HASPO (Humanización a la Atención Sociosanitaria a Personas con Obesidad), presentado el pasado 2 de octubre en la Real Academia Nacional de Medicina. Los expertos incidieron en que hace falta una mejor y más precisa identificación y registro de esta como enfermedad, lo que permitiría codificar más y mejor la obesidad en las historias clínicas, a la vez que se tiene más en cuenta el trato con este tipo de pacientes, cuyo estigma en la sociedad sigue presente. +
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