47 que la producen también”. En general, “son enfermedades inflamatorias que pueden causar de forma recurrente o crónica, por los que es importante el conocimiento de esta patología para diagnosticarla precozmente, así como tratarla en forma y tiempo adecuados para evitar secuelas a largo plazo”, detalla el especialista. Otra de sus características es que la causa que la origina, habitualmente, es desconocida. Aunque el reumatólogo insiste en que “la diferenciación en subtipos orienta hacia la causa que la puede producir”. Así pues, “un pequeño porcentaje son infecciosas, mientras que la gran mayoría de ellas son idiopáticas o de causa desconocida; y otra parte se presenta en el contexto de una enfermedad sistémica que afecta a otras localizaciones y que es necesario investigar para tratarla de forma global”. La uveítis en edad pediátrica vs. en la edad adulta A este respecto, cabe señalar cómo afecta la enfermedad a la vida de los pacientes. En palabras del Raúl Veroz González, “en la mayoría de los casos, las manifestaciones no son graves, especialmente las uveítis que afectan a la parte anterior del ojo y que se manifiestan de forma aguda”. Sin embargo, “cuando se desarrolla de curso crónico o recurrente, los episodios disminuyen la agudeza visual, producen dolor y enrojecimiento del ojo, y, sin tratamiento adecuado, pueden provocar secuelas a nivel cular que condicionan la visión del paciente”. En cuanto a sus formas de presentación en edad pediátrica, el facultativo señala que “la mayoría suceden en el contexto de una artritis idiopática juvenil”. “Afortunadamente, en este caso, los reumatólogos pediátricos están entrenados y alertados en el diagnóstico precoz de la afectación ocular, porque suele cursar de forma asintomática y presentar alteraciones clínicas cuando el ojo ya presenta secuelas”, subraya. Ahora bien, según determina el especialista, “en los casos de presentación idiopática, es decir, sin una enfermedad sistémica reumatológica previa, la identificación puede ser dificultosa, porque en los niños el número de casos asintomáticos en elevado”. En este sentido, el especialista del Hospital de Mérida destaca “la importancia del entrenamiento de los oftalmólogos y una adecuada colaboración con los reumatólogos pediátricos para un diagnóstico y abordaje terapéutico precoz que minimice las secuelas a medio y largo plazo”. Además, “desafortunadamente”, difieren los síntomas cuando los pacientes debutan en edad pediátrica respecto a los que lo hacen más mayores. En concreto, “en los adultos, los cuadros suelen presentarse como ojo rojo doloroso, acompañado o no de otra sintomatología visual (pérdida de agudeza visual, moscas volantes, déficits de campo visual, etc.), pero, como hemos dicho, en los niños existe un amplio número de casos en los que no se da enrojecimiento o dolor ocular y, en los niños más pequeños, advertir alteraciones visuales por parte de los padres puede ser complicado”. Una vez detectada la uveítis, los pacientes disponen de varias opciones terapéuticas para abordar su enfermedad. Como primera línea de tratamiento, Raúl Veroz menciona “el uso de los antiinflamatorios tópicos, generalmente corticoides, asociados a medicamentos que dilatan la pupila en las fases más agudas para evitar adherencias del iris al cristalino o a la córnea”. Por otro lado, y en función del tipo y localización de la uveítis, “se pueden utilizar esteroides en infiltración periocular o intraocular, sitstémicos (por vía oral) y, en los casos en los que se precise, medicamentos imnunosupresores, con el objetivo de controlar la inflamación debida a la naturaleza autoinmune de la enfermedad”, añade. Avance “lento, pero con perspectivas” Aunque pronto puede que haya alguna novedad que pueda beneficiar a los pacientes. Si bien el reumatólogo considera que “es un campo que avanza lentamente, tiene perspectivas de futuro”. “La aparición de los medicamentos biológicos ha supuesto una revolución importante en el control y pronóstico de la salud visual de los pacientes, así como para evitar las secuelas a largo plazo”, señala. Asimismo, “se están ensayando otro tipo de tratamientos inmunomoduladores utilizados en otras enfermedades autoinmunes con resultados prometedores”. Aparte de requerir abordaje multidisciplinar y un seguimiento a largo plazo como avisan los expertos, durante el curso sobre patologías oculares organizados por la SER, la Asociación de Uveítis (AUVEA) trasladó una reivindicación de los pacientes: más unidades multidisciplinares. Según los pacientes, para ellos suponen un avance de vital importancia, tanto “LA COLABORACIÓN ESTRECHA ENTRE LAS DIFERENTES UNIDADES RESULTA CRUCIAL PARA UN DIAGNÓSTICO PRECOZ, UN DESPISTAJE ADECUADO DE ENFERMEDADES SISTÉMICAS, Y UNA INSTAURACIÓN TEMPRANA DE UN TRATAMIENTO EFICAZ” en el diagnóstico como en el tratamiento y abordaje de la enfermedad. Raúl Veroz coincide con ellos al afirmar que “la colaboración estrecha entre las diferentes unidades resulta crucial para un diagnóstico precoz, un despistaje adecuado de enfermedades sistémicas, y una instauración temprana de un tratamiento eficaz, además de controlar la gestión del riesgo de estos tratamientos que, de manera tan eficiente, podemos hacer los reumatólogos”. Por último, el coordinador del IV Curso SER de Patología Ocular Inflamatoria analiza a qué otros retos se enfrenta el abordaje de la uveítis. “En las pediátricas es crucial un diagnóstico precoz, ya que la salud visual depende de una temprana intervención”. Asimismo, finaliza, “deben de seguir desarrollándose las unidades multidisciplinares, pues han demostrado una mejor gestión de este tipo de pacientes, implantarse en el mayor número de zonas geográficas posibles para dar una cobertura a toda la población y, por supuesto, y no en última línea, seguir investigando en esta patología para desarrollar nuevas líneas de tratamiento que sean eficaces”. +
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