IM MEDICO #68

41 Por la alta prevalencia de los tumores genito-urinarios, y la velocidad con la que se incorporan nuevas terapias al tratamiento de los mismos, es necesario mantener una actualización constante en la formación médica de todos los especialistas que se dedican a la urooncología. Respecto a avances, los principales que se han producido es en el tratamiento de los tumores de próstata, vejiga y riñón. Por ejemplo, en los últimos diez años, los pacientes con cáncer de próstata han visto prolongada su supervivencia en más de cinco años gracias a los nuevos tratamientos hormonales y manteniendo una excelente calidad de vida. En el de vejiga, la inmunoterapia avanza para consolidarse como el mejor tratamiento complementario a la cirugía. “La Urología es la única especialidad que acompaña al paciente oncológico desde el diagnóstico hasta el final”, remarcó Mario Álvarez-Maestro, vocal de Actividades Científicas de la Asociación Española de Urología (AEU), en el anterior congreso de la sociedad científica. Andalucía ha sido pionera en el tratamiento de nuevos fármacos. Se han creado unidades de oncología urológica y centros de día, con los que se ha podido avanzar como especialidad. Para Álvarez-Maestro, “la inteligencia artificial en la Urología está empezando” y “tiene un papel muy importante en las pruebas de imagen”. Ya hay más de 100 unidades robóticas en nuestro país y eso hace que cada vez esté más a disposición de los pacientes “una cirugía más segura”. De hecho, se está desarrollando el trasplante robótico de riñón. Es algo que poco a poco se intenta expandir, por lo que aporta una cirugía mínimamente invasiva para colocar el injerto renal. Hay avances que llegarán para una mejor planificación quirúrgica, a través de modelos virtuales en 3D y con la integración de esas imágenes dentro de la consola del robot. Cáncer de próstata Cada año se diagnostican más de 25.000 nuevos casos de cáncer de próstata en nuestro país, cuya incidencia ha aumentado paulatinamente en los últimos años. Este es el tumor más frecuente entre los hombres. Los únicos factores de riesgo determinantes en la actualidad son la edad avanzada, el origen étnico y los antecedentes familiares. En España fallecen aproximadamente 6.000 varones cada año a consecuencia de este tumor, lo que supone un 2,8% del total de las defunciones registradas en la población masculina. En este sentido, la AEU desarrolló, con motivo del último Día Mundial del Cáncer de Próstata, que se celebra cada 11 de junio, una campaña de prevención de este cáncer: No podemos curar lo que no vemos. El objetivo fue dar visibilidad y concienciar a la sociedad sobre el cuidado de la salud masculina y la importancia del diagnóstico precoz para el manejo temprano de esta enfermedad. “Uno de cada cinco hombres padecerá cáncer de próstata”, aseguró entonces Álvarez-Maestro. Este viene siendo motivo de múltiples avances en el diagnóstico más preciso, en el estadiaje de la enfermedad y en el abordaje terapéutico, dependiendo de la fase en la que se encuentre el paciente. En estos momentos, la prostatectomía radical es el tratamiento estándar utilizado para la enfermedad claramente localizada utilizándose incluso en fases más invasivas. Las técnicas de mínima invasión aplicadas y la cirugía robótica han posibilitado acortar las estancias hospitalarias tras la intervención quirúrgica, al mismo tiempo que han disminuido el sangrado intraoperatorio y las necesidades de transfusión con un menor dolor asociado y una mejor cosmética de incisiones en el abdomen. Por otro lado, un 80% de los pacientes con cánceres de próstata de baja agresividad y muy localizados sobreviven, aproximadamente, más de diez años sin que sea necesario aplicar tratamiento. “Cuidar la dieta disminuye un 66% el riesgo de padecer cáncer de próstata. Además, gracias a la investigación, la supervivencia se ha incrementado un 20% en los últimos años”, aseguró Álvarez-Maestro. Su detección temprana permite reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de las personas que lo padecen. Un factor que revolucionó su diagnóstico y favoreció su localización fue la aparición del antígeno específico de próstata (PSA) en la década de los 70. Esto conllevó reducir hasta un 21% las muertes causadas por este tumor. El PSA es una proteína producida por células normales y malignas de la glándula prostática. Su análisis mide el nivel

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