7 Remarca, sobre todo, un aspecto que les parece fundamental:“El Ministerio de Sanidad ha estado, está y estará; nosotros formaremos parte de una parte muy concreta y pequeña de su historia y es labor nuestra intentar amplificar los temas en los que mucha gente estaba trabajando aquí antes y que tienen que salir hacia afuera”. Recuerda que, tanto García como él, vienen del ámbito sanitario. “De muchísimo tiempo de estudio, no sólo del ámbito puramente clínico-asistencial, en el terreno de la Salud pública, de la economía de la salud, de la gestión sanitaria. Y venimos de un ámbito de la política parlamentaria en la cual, aunque la caricatura siempre la coloque como si fuera sólo de confrontación, es de reconocimiento, de disenso y de intentar trazar espacios de consenso”, matiza. Alude a que la ministra, en una de sus primeras intervenciones públicas en el cargo, dejó claro que quería que este fuera el Ministerio del Diálogo. En menos de cinco meses; Padilla lleva más de 50 actos, más de 50 reuniones, nueve viajes fuera de Madrid y más de una docene de entrevistas. Insiste en que, para ellos, “hablar con todo el mundo y hablar hacia fuera es muy importante”. Demandas de los pacientes Como médico de familia que es, le preguntamos qué demandas detectan de los pacientes y cómo les van a dar respuesta. “Hay un elemento fundamental sobre demanda de los pacientes que es el de la participación”, responde. Se encuentra en elaboración el Real Decreto de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y ahí, de acuerdo con sus palabras, van a incorporar la presencia de forma estandarizada de organizaciones de pacientes y de organizaciones de consumidores dentro de los procesos de evaluación. “Hay una parte del conocimiento que sólo es adquirible desde la experiencia. Es una parte tan experta como la del experto en evaluación de tecnologías sanitarias o el experto en medición de resultados. Y eso debe tener un reflejo en todo lo que es la elaboración de las políticas sanitarias”, razona. Es uno de los reclamos históricos que van a incorporar. Añade que el mencionado anuncio de la ampliación de los cribados se ha nutrido del trabajo, durante muchos años, de muchas asociaciones de pacientes, del plano de las enfermedades raras, de colectivos profesionales, que pedían la participación y un incremento de la cartera de servicios. “Somos permeables a agilizar todo aquello que se alinee o que haga ´match´ entre la mejor evidencia disponible y las necesidades de la población y de los pacientes”, asegura. Reconoce que hay veces que existen, como una especie de fallo de mercado, cosas con mucha evidencia, pero que no son una prioridad para la población, o cosas que sí lo son por parte de algunos pacientes, pero que no hay evidencia disponible. En el momento en que las dos hagan match, “el Ministerio no tiene más que otra obligación que intentar hacer que eso llegue al paciente”. Padilla considera que “las modificaciones que se van a hacer en la reforma de la Ley de Garantías y Uso Racional del Medicamento van a intentar agilizar los procesos de incorporación de algunos medicamentos”. Completa que, a nivel europeo, se está avanzando en que los medicamentos y productos sanitarios que se incorporen tengan un retorno público de la inversión para garantizar el acceso, pero del mismo modo la sostenibilidad. Sostiene que, “al fin y al cabo, garantizar la sostenibilidad del sistema es garantizar el acceso de los que vienen después”. Todos son elementos que vienen de esa idea de intentar conjugar la excelencia evaluativa o científico-técnica con las necesidades de la población y de los pacientes. DESTERRAR UN MANTRA Con la tramitación de la Ley de Gestión del Sistema Nacional de Salud, básicamente lo que se pretende, según Javier Padilla, es plantear “un escenario en el cual la gestión por defecto del sistema sanitario sea una gestión de tipo pública que venga a desterrar un poco esos cantos de sirena que surgieron a finales de los 90, a principios de los 2000, con el mantra que presuponía una superioridad de la gestión privada con respecto a la pública, que no se ha hecho evidente y que no se ha mostrado real”. El secretario de Estado de Sanidad asevera que“sí que tenemos múltiples ejemplos de que es un modelo de gestión que beneficia o que favorece la aparición de irregularidades y de desvío de fondos de forma poco eficiente, que puede hacer que fondos públicos acaben en manos privadas”. Así que lo que quieren es poner límites a eso, básicamente. Cuando le cuestionamos por lo que se va a hacer exactamente en esa reforma para reducir los retrasos en el acceso a la innovación, Padilla argumenta que lo primero es ver qué datos son los que se están manejando a la hora de poner cifra a esos y cuáles son los motivos.“Estamos trabajando en un cuadro de mando de indicadores. Sabemos cuántos días se tarda desde que un medicamento se aprueba hasta que se comercializa. Y sabemos por qué con unos medicamentos pasa eso y con otros no. Para que un medicamento se pueda financiar, la empresa farmacéutica tiene que solicitar su financiación. Algunos de esos retrasos se producen porque la empresa no la ha solicitado. Puede ser por retrasos en el marco del proceso de aprobación y de financiación y fijación de precios que sí que son dependientes de nosotros. Otros retrasos pueden estar relacionados con el marco regulatorio o con el proceso de aprobación de otro ámbito. Vamos a trabajar mucho en los sistemas de información que tenemos a ese respecto para para poder dirigirnos exactamente al núcleo del problema. Y se está trabajando en la homogeneización de procesos de evaluación entre las diferentes agencias de evaluación. De forma más global, estamos trabajando intensamente para que pueda ver pronto la luz el Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica”, justifica. La idea es generar un marco de colaboración y entendimiento a medio y largo plazo con la industria farmacéutica; “que se negocie con las patronales de empresas farmacéuticas innovadoras, la de genéricos y la de biosimilares, para que la relación entre España y la industria no se mueva solamente en el marco de definición de techos de gasto o en el marco más casi contable del proceso de venta y compra, sino que sea en un marco más amplio que englobe el ámbito de la I+D y las facilidades para el desarrollo de I+D en nuestro país”. Una tercera pata que sugiere es la de la sostenibilidad del sistema. “Intentando triangular estas tres patas es como intentamos convertir la relación entre la industria farmacéutica y el Gobierno en una especie de relación virtuosa”, afirma. Constata que el Ejecutivo es muy consciente de que “tiene que alinear diferentes intereses y que tiene que hacerlo siempre poniendo los intereses sociales y los intereses de bien público por encima de los demás”.
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