IM MEDICO #70

97 a cabo, explica Díaz Marsá, un Foro Asistencial al que acudirán los representantes de las diferentes sociedades autonómicas de psiquiatría para debatir sobre las necesidades asistenciales en cada comunidad. “El congreso contará con un track virtual para que aquellos profesionales que no puedan acudir de forma presencial, puedan también participar de los principales simposios, debates, encuentros con el experto y sesiones plenarias”, enumera la especialista. De la depresión resistente a la prevención del suicidio Este congreso abordará temas muy variados y de gran interés e importancia. En concreto se tratarán los aspectos más innovadores de la depresión resistente y perinatal; de la psicosis; de la prevención del suicidio; del trastorno bipolar; de los trastornos del neurodesarrollo; de la genética de las enfermedades psiquiátricas; de las consecuencias neurobiológicas del trauma; de la psiquiatría infanto-juvenil; de los trastornos de la conducta alimentaria, y de los trastornos de la personalidad. Además, se revisarán diferentes abordajes psicoterapéuticos como parte fundamental de los tratamientos psiquiátricos y se hará un up-date de nuevas modalidades terapéuticas como la estimulación transcraneal o la utilización de la inteligencia artificial en psiquiatría. “Tendremos debates sobre el uso medicinal del cannabis; la ley de la Eutanasia, en relación a los trastornos mentales; los problemas legales de la práctica psiquiátrica habitual, o la perspectiva de género”, continúa la presidenta del Comité. Por último, las sesiones plenarias contarán con expertos nacionales e internacionales y sus presentaciones magistrales irán enfocadas a las nuevas terapias de modulación cerebral, a los avances de la neurociencia y a los aspectos neurobiológicos del mal. “El Congreso Nacional de Psiquiatría es un lugar de referencia para las novedades científicas y es un lugar de encuentro para el debate y la discusión”, destaca la presidenta del Comité, quien añade que estas características hacen de este espacio “un evento imprescindible” para los psiquiatras senior y los psiquiatras en formación. “Este año esperamos seguir contando con el mismo número de psiquiatras de ediciones anteriores, teniendo como objetivo involucrar especialmente a los psiquiatras más jóvenes y a los residentes de psiquiatría, que contarán con espacios de formación propios, pudiendo optar a diferentes premios y reconocimientos”, continúa Díaz Marsá. El hecho de que se celebre en Donosti y el homenaje al doctor Luis Martín-Santos, psiquiatra y literato, será, además, un aliciente más que podría tener como consecuencia una mayor afluencia que en anteriores ediciones. Precisamente, respecto a los eventos de años anteriores, Díaz Marsá destaca que la experiencia les dejado un“un aprendizaje continuo”. “De cada congreso se aprende algo nuevo. En los últimos tiempos, hemos entendido la necesidad de acoger lo más innovador del panorama científico, la necesidad de dar cabida a los profesionales de toda España, de recoger todos los temas clínicos de interés, de que los más jóvenes y también los que tienen más experiencia (eméritos) se vean representados y de mantener la paridad en el programa”, explica la especialista, quien añade que el objetivo es “la excelencia y la mayor representatividad”. Un peso importante tendrá el Foro Social, cuyo objetivo es“sensibilizar a la sociedad sobre la Salud Mental y los trastornos psiquiátricos y paliar el enorme desconocimiento acerca de las enfermedades mentales y el estigma que producen en las personas afectadas”. En este foro social participarán personas con trastorno mental y familiares que dan su testimonio con lo que se pretenden “dar un mensaje de esperanza, aceptación y motivación, poniendo de manifiesto que una persona con trastorno mental es mucho más que el trastorno que padece”. Algunos aspectos como la incertidumbre que supuso la pandemia; el abuso de las redes, sociales que favorece la impulsividad y da lugar a expectativas que son poco ajustadas a la realidad; el aumento del consumo de cannabis, alcohol y otros tóxicos; la falta de conciliación laboral que va en detrimento de una adecuada crianza y que limita la creación de vínculos seguros; la precariedad económica; la falta de valores sólidos y la cultura de la inmediatez “pueden precipitar la aparición de enfermedades mentales en aquellas personas biológicamente vulnerables”. Por otra parte, detalla Díaz Marsá, “hay que entender que en la vida hay situaciones de malestar y estrés emocional, como las rupturas, los duelos, etcétera, que no deben ser motivo de atención psiquiátrica y, por tanto, no deberían contribuir a aumentar las listas de espera que impide la atención rápida de las personas que tienen un trastorno mental”. La situación actual de la especialidad El panorama actual de la psiquiatría ha avanzado más que nunca, permitiendo, gracias a la investigación, que se conozcan más los aspectos neurobiológicos, psicológicos y sociales asociados a los trastornos mentales. En este sentido, explica la vicepresidenta de la SEPSM, “hoy contamos con tratamientos eficaces y seguros que han mejorado de forma significativa la calidad de vida de nuestros pacientes”. “Además -continúa-, hemos entendido la importancia de la intervención precoz y del abordaje integral, uniendo los aspectos neurobiológicos y psicoterapéuticos, para conseguir que el pronóstico de las enfermedades mentales sea mejor”. Sin embargo, por otro lado, “la psiquiatrización del malestar de la vida cotidiana y el ignorar los aspectos neurobiológicos de los trastornos mentales que se hace desde algunos sectores podría redundar en una peor asistencia de las personas que lo necesitan”. En ese sentido, sería “primordial” contar en España con los mismos recursos que tienen en Europa para atender la creciente demanda de forma adecuada. Eso pasaría por “invertir más en salud mental y poder contar con el mismo número de psiquiatras, psicólogos y otros profesionales de la salud mental que en los países vecinos”. “Igualmente -añade-, hay que seguir luchando contra el estigma que sufren las personas con trastorno mental y que genera aislamiento y discriminación”. Por último, otro de los objetivos sería conseguir “la plena integración laboral y social de todas las personas que tienen un trastorno mental”. En cuanto a retos, Díaz Marsá sostiene que “trabajar en la misma dirección” debería de ser el reto tanto de los psiquiatras y demás profesionales de la salud mental como de “los políticos, las familias y la sociedad”, con el objetivo de que “den el mejor tratamiento desde el inicio, respetando la dignidad, teniendo una mirada empática, respetuosa y comprensiva, y consiguiendo la integración socio-laboral de las personas con una enfermedad psiquiátrica”. +

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