IM MEDICO #71

109 compartiremos experiencias de práctica asistencial, formación, docencia e investigación. Además, este congreso será de nuevo un punto de arranque de todas las innovaciones terapéuticas y tecnológicas que nos afectarán en los próximos años”, señaló antes de añadir que el objetivo de este encuentro es “la divulgación científica, pero también disfrutar de momentos únicos y crear unos recuerdos que van a perdurar cuando volvamos a nuestros puestos de trabajo”. Finalmente, Cecilia Martínez, presidenta de la SEFH, ofreció unas pinceladas extraídas del Libro Blanco de la Farmacia Hospitalaria 2022, que recopila y analiza la información recogida a través de una encuesta realizada por 191 servicios de Farmacia Hospitalaria (SFH) de toda España. Un informe que se entronca con el contenido del congreso. Por ejemplo, “se hablará también del rol del farmacéutico de hospital en la gestión de la medicina de precisión, y de las terapias avanzadas, actividad que se realiza hasta en el 80 % de los hospitales de mayor tamaño, pero que cada vez va incorporándose a la cartera de servicios de centros más pequeños”, aseguró. A su vez, destacó “el crecimiento del 50 % en la presencia de farmacéuticos especialistas integrados en los equipos y unidades clínicas, llegando a 3,5 de media por cada SFH”, así como el hecho de que “en nuestros servicios de farmacia hospitalaria se superan ya los 1,2 millones de pacientes externos, que se benefician de una atención farmacéutica especializada, con un incremento del 30 % respecto a 2018”. La farmacia ‘sin paredes’ Explorar nuevas fronteras en atención farmacéutica fue el objetivo de una de las mesas redondas celebradas durante la primera jornada del 69 Congreso. Moderada por Jaime Gulín Dávila, del Hospital Universitario Lucus Augustí (Lugo), contó con el testimonio y la experiencia profesional de Fernando Lamelo Alfonsín, del Área Sanitaria de A Coruña; de Esther Carcelero San Martín, del Hospital Clínic de Barcelona, y de Ramón Morillo Verdugo, del Hospital Virgen de Valme de Sevilla. Fernando Lamelo empezó su intervención recordando que “España es una potencia en hospitalización a domicilio: somos más de 130 unidades, una cifra que se ha incrementado a raíz de la Covid-19 tanto en número como en calidad”. Se trata de un modelo asistencial flexible, que necesita coordinación y continuidad. Y que no es nuevo: lleva más de 40 años en activo. Su fin es “que el paciente no tenga que desplazarse al hospital si no es necesario”. “El servicio de hospitalización a domicilio está compuesto por la Unidad de Hado y por la Unidad de Cuidados Paliativos. Gracias al desarrollo tecnológico, a día de hoy podemos hacer pruebas diagnósticas, infusión de quimioterapia… Pero no nos debemos olvidar de ponernos en el lugar del otro, como todos los sanitarios”, remarcó antes de añadir que “no existiría ninguna unidad de hospitalización a domicilio sin el valor del cuidador” y que la logística es tremendamente importante: “Necesitamos que vaya todo muy reglado para que el paciente no sufra las consecuencias”. A estas dos unidades se añade también la Unidad de Coordinación y apoyo asistencial a las Residencias, que se creó en marzo de 2020, a raíz de la Covid-19, para ayudar en todo lo que se pudiera, y cuyo objetivo principal es “desarrollar y promover circuitos de comunicación y asistenciales más fluidos entre el nivel sanitario y el social, evitando la fragmentación existente”. Esther Carcelero es farmacéutica en el área de oncohematología. Con ella, son tres en todo el Hospital Clínic que, junto con otros profesionales, están desarrollando el programa de administración domiciliaria de antineoplásicos. Y es que, “según un estudio, el 88 % de los pacientes prefieren que se les administre la quimioterapia en sus domicilios”, trasladó. Sobre su programa, “tenemos la suerte de que el área de farmacia hospitalaria de hospital hace preparaciones desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la noche, lo que nos permite organizar las salidas”. Pero hay que tener en cuenta una serie de condiciones para llevar a cabo el servicio, como “seguir un esquema simple de administración (duración corta de administración), que la estabilidad de los fármacos sea compatible con el transporte a domicilio (suficientemente larga como para abarcar el tiempo de preparación, el transporte a domicilio y la DURANTE TRES DÍAS, LOS ASISTENTES, MÁS DE 2.000 PROFESIONALES, FUERON PARTÍCIPES DE UN EXTENSO PROGRAMA administración, y que tenga buen perfil de tolerancia”. En este sentido, detalló, “hay que excluir los antineoplásicos que presenten riesgo de reacción de hipersensibilidad inmediata, toxicidad aguda importante o requerimiento de supervisión durante varias horas”. “Nadie habla o debe hablar ya del concepto `paciente externo´”. Así comenzó su intervención Ramón Morillo: “Pertenece a otra etapa que no tiene que ver con la actual. Y es que, desde la irrupción de MAPEX, la atención farmacéutica en España ha experimentado una transformación significativa, enfocándose en mejorar la integración en equipos multidisciplinares y disminuir la variabilidad asistencial”. En este sentido, recordó, “la crisis de la Covid-19 consolidó la importancia de la telefarmacia, reforzando la transformación hacia un modelo asistencial dual, dando lugar a un enfoque multidimensional, basado en modelos de estratificación asistencial”. Por supuesto, la digitalización y la inteligencia artificial jugarán un papel central en esta evolución, “aumentando la capacidad de predicción y optimización del tratamiento”. Y es imprescindible “incluir la perspectiva del paciente en la evaluación de resultados en salud, así como actualizar la estructura de los servicios de farmacia, adoptando enfoques basados en redes asistenciales inteligentes, la conectividad y la humanización asistencial”. Para Morillo, lo esencial es que “no debemos permitirnos trazar fronteras en atención farmacéutica, que hay que superar los retos pese a las dificultades y que es necesario usar la inteligencia colectiva como punto de apoyo”.

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