IM MEDICO #73

19 actualmente, “el reto no solo es tecnológico, sino también social y ético: garantizar que estos avances estén disponibles para todas las mujeres, independientemente de su contexto”. Además, tal y como señala Gómez Roig, “más allá del embarazo, es imprescindible reforzar la atención a la salud de la mujer en todas sus etapas”. Así, “durante la adolescencia, se debe priorizar la educación en salud sexual y reproductiva, el acceso a anticoncepción segura y el abordaje de trastornos ginecológicos comunes, como el síndrome de ovario poliquístico o la endometriosis. En la edad adulta, la prevención y detección temprana de enfermedades como el cáncer sigue siendo un reto, al igual que el manejo adecuado de patologías ginecológicas crónicas. Por otro lado, la transición a la menopausia y el envejecimiento saludable de la mujer requieren una mayor atención, asegurando que los tratamientos estén adaptados a cada caso y que se aborden de manera integral aspectos como la osteoporosis, la salud cardiovascular y el bienestar emocional”, enumera la especialista. Novedades en este campo Según describe Gómez Roig, en la actualidad, uno de los avances más significativos en obstetricia y ginecología es la integración de la tecnología para mejorar la seguridad y la precisión en los diagnósticos, sin perder de vista la importancia de una atención centrada en la experiencia de la mujer. “Cada vez se reconoce más la necesidad de un enfoque personalizado, donde la paciente no solo reciba una atención basada en la mejor evidencia científica, sino que también tenga un papel activo en la toma de decisiones, asegurando que el cuidado sea seguro, respetuoso y alineado con sus expectativas y valores”, comenta Gómez Roig, quien añade, además, que “la inteligencia artificial está revolucionando nuestra especialidad, permitiéndonos analizar grandes volúmenes de datos con rapidez y precisión. Gracias a algoritmos avanzados, podemos mejorar la detección temprana de factores de riesgo, optimizar la predicción de complicaciones y personalizar el seguimiento de cada paciente”. Todo ello sin perder el foco, prestando “una mayor atención a la humanización de la atención médica, asegurando que la experiencia de la mujer y su familia sea lo más positiva posible. Esto implica no solo garantizar la seguridad clínica, sino también promover un entorno donde la mujer se sienta acompañada, escuchada y empoderada en todo momento, ya sea durante el embarazo, el parto o cualquier otra etapa de su vida”. En definitiva, opina Gómez Roig, “la obstetricia y ginecología están evolucionando hacia un modelo más innovador, seguro y personalizado, donde la tecnología y la medicina de precisión trabajan en conjunto con un enfoque humanizado para ofrecer una atención integral que no solo mejore los resultados perinatales y ginecológicos, sino también la vivencia de cada paciente”. La doctora, que también realiza práctica privada, considera que “la sanidad pública y la privada tienen enfoques distintos, pero lejos de ser opuestos, son sistemas complementarios que se enriquecen mutuamente. Mientras la sanidad pública garantiza el acceso universal y equitativo a la atención médica, la privada aporta flexibilidad y mayor capacidad de per- “LA PRESENCIA FEMENINA EN EL LIDERAZGO DE PROYECTOS CIENTÍFICOS ESTÁ EN CONSTANTE CRECIMIENTO” TRABAJAR PARA PROMOVER “LA EQUIDAD DE GÉNERO EN TODOS LOS NIVELES DE LA PROFESIÓN MÉDICA” El pasado 11 de febrero se celebró el Día Mundial de la Mujer Médica. Pese a que, en nuestro país, el 57 % de los médicos son mujeres, y de que en la última convocatoria MIR el 65 % de los participantes fueron mujeres, según Gómez Roig, todavía hay desafíos a los que hacer frente “como la representación femenina en posiciones de liderazgo, que sigue siendo limitada, y la conciliación entre la vida profesional y personal. Además, aunque las mujeres son mayoría en la profesión, aún enfrentan obstáculos en el acceso a oportunidades equitativas en investigación y docencia”. En este sentido, considera que“es esencial seguir trabajando para promover la equidad de género en todos los niveles de la profesión médica, eliminando las barreras que limitan el desarrollo profesional de las mujeres y fomentando un entorno que valore y aproveche plenamente su talento y contribuciones”. sonalización en los tratamientos. Ambas son esenciales para ofrecer una cobertura sanitaria integral y adaptada a las diversas necesidades de la población”. La mujer en la ciencia El pasado 11 de febrero se celebró el Día de la Mujer Médica. En este contexto, Gómez Roig destaca que, en términos de acceso a la formación, “las mujeres tienen hoy las mismas oportunidades que los hombres y, de hecho, cada vez son más las estudiantes que eligen carreras en el ámbito sanitario. Este cambio se refleja en el aumento del número de mujeres que acceden a la profesión médica y en su creciente presencia en áreas altamente especializadas como la medicina maternofetal”. “Si bien es cierto que cada vez hay más mujeres en puestos de responsabilidad en hospitales, universidades e institutos de investigación, la equidad plena aún no se ha alcanzado”, señala, y añade:“Las estructuras de liderazgo continúan reflejando una brecha de género en la que los hombres siguen siendo mayoría en los niveles más altos de toma de decisiones. Es fundamental seguir fomentando la visibilidad del talento femenino, impulsando programas de formación y facilitando el acceso a redes profesionales que permitan a más mujeres asumir roles clave en la gestión sanitaria y la investigación”. Por otro lado, apunta que “la presencia femenina en el liderazgo de proyectos científicos está en constante crecimiento, aportando una visión integradora y multidisciplinaria que impulsa avances fundamentales en la salud materno-fetal y reproductiva”. Por otra parte, la experta comenta que “uno de los principales enfoques de nuestra

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