IM MEDICO #73

23 Bajo su experiencia, uno de los mayores obstáculos es comprender por qué a veces no se produce el embarazo, incluso cuando las condiciones parecen óptimas y se transfiere un embrión aparentemente saludable al útero. “En muchos casos, el problema radica en la implantación, el proceso por el cual un embrión interactúa y se adhiere al revestimiento uterino para comenzar su desarrollo”, detallan. La implantación, un proceso determinante, complejo y todavía incomprendido “La implantación del embrión es la base de un embarazo exitoso, pero sigue siendo uno de los procesos más complejos y menos comprendidos en la reproducción”, argumentan Popovic y Miguel-Escalada en este sentido. Así, “requiere una coordinación precisa entre el embrión y el revestimiento uterino”, en tanto que son varios los factores que pueden contribuir al fracaso. “En el caso del embrión, las anomalías cromosómicas se encuentran entre las causas más comunes. Estas anomalías, que se vuelven más frecuentes con la edad materna, a menudo impiden que el embrión se desarrolle adecuadamente y se implante”, detallan. En el caso del útero, “los desequilibrios hormonales o del microbioma, la receptividad endometrial inadecuada o problemas estructurales como fibromas, pólipos o cicatrices también pueden interferir en el éxito de la implantación”, según las expertas. Además, señalan que la disfunción del sistema inmunológico, como una inflamación excesiva o una tolerancia inmunitaria insuficiente, puede dificultar aún más el proceso. Si bien algunos factores, como las anomalías cromosómicas, son intrínsecos al embrión y no se pueden modificar, otros son más manejables. Por esa razón, “el proyecto IMPLANTEU se dedica a desentrañar este paso crítico tanto en humanos como en ganado, centrándose en la intrincada comunicación entre el embrión y el revestimiento uterino que determina el éxito de la implantación”. Al estudiar estas interacciones, IMPLANTEU tiene como objetivo descubrir los mecanismos biológicos detrás de la implantación exitosa. En específico, como exponen las coordinadoras, pretende desarrollar herramientas de diagnóstico más precisas y tratamientos personalizados para mejorar los resultados para las personas y las parejas que enfrentan la infertilidad. “Esta investigación aborda una brecha significativa en la medicina reproductiva, ofreciendo nuevas posibilidades para avanzar en la atención de la fertilidad y crear un impacto duradero en el campo”. Además de abordar preguntas científicas críticas, IMPLANTEU se dedica a capacitar a la próxima generación de científicos. Según las científicas, “el proyecto proporciona recursos valiosos y oportunidades para que los investigadores en etapa inicial participen en estudios de vanguardia”. Al fomentar nuevas perspectivas y enfoques innovadores, se construirá una base sólida para el futuro de la medicina reproductiva. Así se desarrollará IMPLANTEU En lo referente a la hoja de ruta de la incitativa, Popovic y Miguel-Escalada comentan que el proyecto se encuentra actualmente en sus primeras etapas, centrado en la recopilación de datos esenciales para estudiar el complejo proceso de implantación. “Un objetivo importante en esta fase inicial es también la contratación de jóvenes científicos talentosos, candidatos a doctorado, que liderarán los esfuerzos de investigación e impulsarán los ambiciosos objetivos del proyecto”. “Los candidatos a doctorado colaborarán en 11 instituciones de nueve países europeos, lo que garantizará perspectivas diversas y un esfuerzo interdisciplinario”, apuntan. Juntos, añaden las investigadoras, “trabajarán para desarrollar sistemas de última generación, incluidos modelos de organoides en 3D que replican el entorno uterino y tecnologías de vanguardia como la secuenciación de células individuales”. Esta tecnología permite un análisis detallado del revestimiento uterino, tanto en individuos sanos como en aquellos con afecciones como fallos repetidos de implantación, “lo que ayuda a descubrir los factores que contribuyen al éxito o al fracaso de la implantación”. Asimismo, el recorrido del proyecto incluye varios “hitos clave”. En primer lugar, “el desarrollo de modelos y herramientas avanzados es esencial para estudiar cómo interactúan los embriones y el revestimiento uterino durante la implantación”. También incorpora la investigación entre especies, utilizando modelos animales como el ganado y sistemas como los blastoides, estructuras artificiales que se asemejan a embriones tempranos creados a partir de células madre. De acuerdo a las expertas, “los blastoides proporcionan una forma única de estudiar la implantación sin depender de embriones humanos para la investigación”. La etapa final, por último, se centra en traducir estos descubrimientos en aplicaciones prácticas. “Esto incluye el desarrollo de biomarcadores de diagnóstico para identificar el momento óptimo para la transferencia de embriones y la creación de terapias para mejorar las tasas de éxito de la implantación”. Es decir, al integrar estos enfoques, “IMPLANTEU pretende abordar uno de los desafíos más importantes en la medicina reproductiva con soluciones innovadoras e impactantes”. Se centra, con esa premisa, en dos áreas de investigación clave: la receptividad endometrial y las interacciones embrión-endometrio. “Ambas son fundamentales para comprender y mejorar el éxito de la implantación, un desafío fundamental en la medicina reproductiva”, recalcan las investigadoras. La primera área, examina cómo se prepara el revestimiento uterino para recibir un embrión. La implantación se produce durante una estrecha “ventana de implantación”, cuando el endometrio sufre cambios moleculares y celulares específicos para volverse receptivo. “IMPLANTEU tiene como objetivo identificar biomarcadores que indiquen cuándo el útero está listo, lo que permitirá el desarrollo de herramientas de diagnóstico más precisas para optimizar el momento de la transferencia de embriones y mejorar las tasas de éxito. Comprender y predecir este período crítico es esencial para abordar los fallos de implantación, en particular en pacientes que se someten a tratamientos de fertilidad”, subrayan Popovic y Miguel-Escalada. Por su parte, la segunda área investiga la comunicación entre el embrión y el revestimiento uterino, un diálogo “altamente complejo”, en el que el embrión envía señales al endometrio, que debe responder adecuadamente para permitir la adhesión y el crecimiento. Las interrupciones en esta comunicación pueden provocar un fallo de implantación. Para explorar estas interacciones, “el proyecto emplea modelos avanzados cultivados en laboratorio, como los blastoides, estructuras creadas a partir de células madre que imitan a los embriones en fase inicial”. “Estos modelos permiten a los investigadores estudiar cómo las anomalías cromosómicas afectan a la capacidad del embrión para desarrollarse, lo

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