29 ES CRUCIAL QUE PACIENTES Y DERMATÓLOGOS SEAN AMBICIOSOS EN EL ABORDAJE DE LA DA LA DERMATITIS ATÓPICA (DA) ES UNA ENFERMEDAD QUE AFECTA AL DÍA A DÍA DE LOS PACIENTES. SIN EMBARGO, EN LOS ÚLTIMOS AÑOS, SU TRATAMIENTO HA CAMBIADO DE PARADIGMA. JORGE ALONSO SUÁREZ PÉREZ RESPONSABLE DE LA UNIDAD DE INMUNOMEDIADAS DEL HOSPITAL UNIVERSITARIO VIRGEN DE LA VICTORIA (MÉDICO ESPECIALISTA EN DERMATOLOGÍA MÉDICOQUIRÚRGICA Y VENEREOLOGÍA, COM MÁLAGA, Nº COLEGIADO: 292910021) Es la enfermedad crónica de la piel más frecuente en todo el mundo, afectando a 171 millones de personas. La dermatitis atópica (DA) se define además por ser inflamatoria y sistémica, por cursar en brotes. Su síntoma más característico es el picor, que es difícil de controlar, con el que conviven los pacientes. El Dr. Jorge Alonso Suárez Pérez, responsable de la Unidad de Inmunomediadas del Hospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga), afirma que el objetivo principal del tratamiento de la DA es lograr “un control sostenido de los síntomas”; reduciendo la inflamación, el picor y el riesgo de brotes, y mejorando la calidad de vida del paciente. “Tradicionalmente, nos centrábamos en tratamientos tópicos y control ambiental, pero, en los últimos años, con la llegada de terapias biológicas y pequeñas moléculas, hemos cambiado de paradigma”, apunta. Sostiene que, ahora, se puede ofrecer un control “personalizado”, especialmente en los casos moderados y graves. Enfoque integral y continuado En este sentido, “el control óptimo se consigue con un enfoque integral y continuado, que combina tratamiento farmacológico, educación del paciente, control de factores desencadenantes y seguimiento estrecho”. Aclara que, las nuevas terapias han supuesto un antes y un después. A su juicio, es crucial que pacientes y dermatólogos sean ambiciosos con los resultados de su tratamiento, “porque conformarse con un control parcial implica aceptar una calidad de vida disminuida”. Hoy en día, se cuenta con opciones terapéuticas capaces de alcanzar un control al que se obtenía hace unos años. Insiste en que ser ambiciosos significa aspirar a que el paciente esté sin lesiones, sin picor, sin alteraciones del sueño y con plena funcionalidad. Asimismo, es fundamental el conocimiento sobre la patología que uno tiene, porque “un paciente informado es capaz de identificar precozmente signos de brote, adherirse mejor al tratamiento y evitar factores desencadenantes”. Cuando el entorno familiar o escolar comprende la enfermedad, “disminuye el estigma y se facilita la adaptación del paciente, especialmente en la infancia y adolescencia”. Es decir, “la educación terapéutica es una herramienta clave en el manejo de la DA”. A nivel asistencial, “uno de los grandes retos es el diagnóstico y derivación precoz de los casos moderados y graves, que muchas veces se tratan de forma insuficiente en Atención Primaria”. El Dr. Suárez Pérez lamenta que, en cuanto al acceso, existen barreras burocráticas y desigualdades entre comunidades autónomas que dificultan la llegada de terapias innovadoras a todos los pacientes que las necesitan. Concluye que “una mayor concienciación institucional, protocolos unificados y agilización de los procesos de aprobación serían pasos clave para mejorar este escenario”. + Con la colaboración de AbbVie
RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=