IM MÉDICO #74

34 DERMATOLOGÍA AGUSTÍN VIERA VICEPRESIDENTE DEL ÁREA DE ORGANIZACIÓN DE DERMATOLOGÍA PRIVADA DE LA AEDV (Nº COLEGIADO: 353504482) Con un amplio espectro de actuación, que aglutina desde la dermatología facial (acné, rosácea, manchas o el hirsutismo) hasta signos cutáneos relacionados con el envejecimiento, pasando por cáncer de piel, trastornos vasculares, alopecia o trastornos del cuero cabelludo, entre otros, la dermatología privada apuesta por el concepto de salud cutánea. La incorporación de tecnología puntera, tanto diagnóstica como terapéutica, y de innovadoras técnicas de imagen, la convierten en un área muy atractiva dentro de la dermatología. “La dermatología privada es una dermatología emprendedora, que crea proyectos empresariales dermatológicos que aporten valor a la población desde la visión de nuestra especialidad, planteando la palabra empresa con mayúsculas”, comenta Agustín Viera, vicepresidente del Área de Organización de Dermatología Privada de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), y añade: “Se trata de una especialidad muy requerida por la población española. No en vano, siete millones de pacientes son atendidos al año por dermatólogos”. Y esto es así, según Viera, por tres motivos fundamentales: “Primero, la dermatología actual es muy resolutiva; segundo, ha evolucionado a ser muy precisa tanto en el diagnóstico como en el tratamiento; y tercero, la dermatología privada se ha sabido adaptar en los últimos años a la evolución de una sociedad cada vez más conocedora y empoderada”. Los datos hablan por sí solos: uno de cada tres dermatólogos tienen actividad privada de forma exclusiva, “y la tendencia es que en pocos años sean un 40 %”. ¿Las razones? “Por un lado, un dermatólogo es muy resolutivo sin necesidad de una estructura hospitalaria para la gran mayoría de procesos dermatológicos. Por otro lado, la asistencia dermatológica necesita ‘calma y tiempo’. Por último, mucha de la tecnología que utilizamos a diario no la ofrece la mayoría de los centros de sanidad pública”. La tecnología, la cirugía y la estética dermatológica son los tres pilares de la especialidad en el ámbito privado. “Es fundamental la dermatoscopia, manual y digital, y también la microscopía óptica”, sostiene Viera, y añade: “Todas estas innovaciones nos han permitido aumentar de forma no invasiva la sensibilidad y la especificidad del ojo humano en el diagnóstico de los tumores cutáneos”. Junto a ello, distintas fuentes de luz en combinación con sustancias fotosensibilizantes son aplicadas en el tratamiento del cáncer de piel no melanoma. “Subrayar el desarrollo de innovadores láseres de distintas longitudes de onda, así como dispositivos emisores de energía para nuevas indicaciones”, comenta. La llegada de terapias biológicas en enfermedades muy prevalentes en España como la psoriasis, la dermatitis atópica o la hidrosadenitis constituye un hito sin precedentes. Pero dichos tratamientos innovadores solo están disponibles, por ahora, en la Sanidad pública. “Estos fármacos han sido introducidos desde el entorno hospitalario público debido a su elevado coste económico”, afirma Viera, y prosigue: “La llegada de biosimilares, moléculas idénticas sin el gravamen de la marca, permitirá acceder cada vez a más fármacos biológicos sin la limitación económica. De manera que, en un futuro próximo, los dermatólogos con actividad privada podrán prescribirlos a sus pacientes”. De hecho, “trabajamos junto a otras especialidades como reumatólogos o digestivos para alcanzar este objetivo”. Otro tema que pone sobre la mesa Viera son las condiciones laborales de los profesionales sanitarios que desempeñan su labor en compañías aseguradoras y grupos hospitalario, siendo cada vez más precarias y pudiendo llegar a poner en riesgo la seguridad del paciente. El Manifiesto Dignifica, firmado por 14 sociedades científicas, reclama dignificar la labor de estos profesionales ante el deterioro de las condiciones laborales en la medicina privada. Y es que en la mayoría de los casos los especialistas de las principales aseguradoras reciben una contraprestación económica bruta de entre 7 y 15 euros por acto en consulta ambulatoria. “Luchamos todos juntos porque las compañías aseguradoras revisen sus baremos y ofrezcan un precio por acto que permita la atención de calidad de los pacientes”. A pesar de ello, la dermatología privada tiene un futuro prometedor. No en vano, el 80 % de las patologías del envejecimiento son alteraciones puramente dermatológicas. “En los próximos años la demanda de los actos médicos y estéticos no invasivos o mínimamente invasivos relacionados con la piel y el pelo se triplicarán, y nosotros somos los profesionales mejor preparados para un abordaje integral”, finaliza Viera. “EN LOS PRÓXIMOS AÑOS LA DEMANDA DE LOS ACTOS MÉDICOS Y ESTÉTICOS NO INVASIVOS RELACIONADOS CON LA PIEL Y EL PELO SE TRIPLICARÁN”

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