im MÉDICO | 54.2 35 Aunque los resultados son visibles en el niño, también mejoran el trabajo del profesional y la calidad de vida de las familias. En el casodel primero, “esuncambiodrástico”, yaqueno tieneque realizar cargas ni fuerza para ayudar a sumovilidad. La terapia se basa en el juego: el menor, gracias al exoesqueleto, realiza ejercicios orientados por su fisioterapeuta que va corrigiendo su postura. De tal manera que “disfrutan” tanto el niño como el profesional. Si bien, asegura García, quienmás nota los cambios es la familia: “Primero, porque haymejoras en la capacidad de realizar las actividades de la vida diaria. Hay cambios muy significativos”. Desde el abrazo “con fuerza” del hijo a lamadre cuando hace las transiciones hasta el punto que destaca la científica, el plano psicológico. Suben la autoestima, la autopercepción, ganan en seguridad y confianza. “Eso se notamucho en el día a día”, sentencia. Un cuerpo hecho para estar de pie El ser humano, desde su evolución respecto al resto de primates, camina erguido. De ahí que estos niños con enfermedades neuromusculares puedan levantarse “es absolutamente vital” para mejorar suestadocardiorrespiratorio,muscular ogastrointestinal. “Nuestro cuerpo está hecho para estar de pie”, zanja. De ahí que hayan registrado beneficios clínicos como los yamencionados y también un fortalecimiento de lamusculatura torácica y cefálica “que conllevan retrasar las complicacionesmusculoesqueléticas de sus patologías. O lamejoría respiratoria”. García insiste en que, sumado a ello y quizá un factor clave en las consecuencias del uso de estos exoesqueletos pediátricos sea el psicológico y el desarrollopersonal quemuestran los niños. “Mejora la atención en la escuela, en su sociabilidad, en sumotivación, en su autopercepción”, enumera algunas de ellas sin olvidarse de un cambio sorprendente en su rutina: “Laautonomíapara realizar actividades cotidianas como comer por sí mismos”. Sabiendoque reportan tantos aspectos positivos en la vidade los menores con parálisis, ¿por qué ha tardado tanto en llegar una soluciónpediátrica como esta? García señala dos cuestiones: por un lado, hay más adultos que niños y estos además crecen muy rápido.Yotra tieneque ver con la parte tecnológica, con “algunas complejidades” que han solventado enMarsi Bionics “para lograr que el exoesqueleto pueda adaptarse al crecimiento del niño y no perder funcionalidad”. Enestos años, su soluciónha trascendido fronteras e inclusoocéanos, siendo usada en la actualidad en centros de rehabilitación y hospitales de la UE y México. Según los analistas, el mercado de exoesqueletos está valorado en unos 430 millones de euros en 2021 y tiene un crecimiento proyectado hasta los 2.800millones de euros para 2026. Tecnología “nacida de la investigación pública” Como miembro del equipo de investigadores y científicos del CSIC, sabe bien de la importancia que tienen los presupuestos públicos en I+D para desarrollar soluciones como esta. “España ha logrado con este exoesqueleto un hitomundial: el primer exoesqueletopediátricodelmundo. Yno sóloes que sea tecnología100% española, sino que además es una tecnología que ha nacido de la investigación pública”, pone en valor. De ahí que haga un llamamiento a las autoridades públicas para que el exoesqueleto se ponga a disposición de todas las familias conniños y niñas con enfermedades neuromusculares y parálisis cerebral. “No puede depender de la renta de las familias”, critica. A pesar de haber recibido numerosos reconocimientos de las administraciones públicas por su invento, los políticos “tienen que pasar de las fotos a los hechos” para que lleguen a quienes lo necesitan. Sin irmás lejos, comparte el ejemplode Francia, donde supresidenteEmmanuelMacron seha comprometidoadistribuir hasta 600 exoesqueletos en, por ejemplo, hospitales, colegios de educación especial o centros de rehabilitación. Futuro de la robótica pediátrica A Elena García Armada no le cabe duda de que en el ámbito en el que trabaja ella aún se está “en la cima de un iceberg”. Crear el dispositivo para la rehabilitación de enfermedades neuromusculares “solo es el primer paso” de un camino que tiene por horizonte “la democratización” de estas tecnologías. Para que, como fin último, “puedan ser útiles” mejorando “la calidad y la esperanza de vida de las personas, niños y adultos, que tienen patologías que afectan a la marcha”. Eso sería posible si se consigue que el dispositivo sea una “asistencia a la marcha” de uso doméstico. “Ahí es donde podremos dar un importante salto cualitativo en efectividad y los niños avanzar más en cuanto a su autonomía”, afirma.
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