im MÉDICO | 56.2 26 investigaciones que no tuvieronmás reto que este”. Según avanza el conocimiento y la tecnología, prosigue, “nos enfrentamos a nuevos retos”. Por ejemplo, el análisis de la histocompatibilidad clásicamente se ha hecho comparando antígenos, moléculas HLA completas; sin embargo, actualmente se impone el análisis molecular, basado en unidades de información mas pequeñas (epítopos, eplets, etc.) “Se estudia cómo el HLApropio condiciona la respuesta humoral y celular frente a un HLA extraño. Este tipo de análisis probablemente nos permitirá optimizar la selección de donante o receptor y además contribuirá a mejorar nuestro conocimiento de la variabilidad de la respuesta inmune, quizá a comprender mejor también la variabilidad individual en la respuesta a las infecciones”, relata. Por otro lado, según su experiencia, la inmunología del transplante ha cambiado notablemente. “A menudo los avances en medicina son tributarios de avances tecnológicos”, apunta. En este sentido. la tecnología Luminex en los años 2000 y, más recientemente, las tecnologías de tipaje en alta resolución por secuenciación masiva (NGS, Next-Generation Sequencing) “han supuesto cambiosmuy relevantes en el trabajo de los laboratorios dehistocompatibilidad”. “Laposibilidadde estudiar los anticuerpos anti-HLA con mucha mayor precisión ha permitido mejorar la selección del receptor mas adecuado para el donante disponible y, en ese sentido, hapermitido el desarrollode unprogramanacional de trasplante de riñón para pacientes hipersensibilizados (PATHI) que hamejorado notablemente el acceso a un trasplante de riñón en un grupo de paciente que de otra manera permanecerían en lista de espera largos periodos de tiempo”, relata el experto. Por otra parte, “facilita el seguimiento de pacientes trasplantados y el diagnóstico del rechazo, actividades que antes quedaban prácticamente al margen del trabajo en Inmunología”. En el caso de las nuevas tecnologías de tipaje (la determinación de qué alelos de cada gen tiene un determinado individuo), “la NGShahechoposibleque todos los donantes voluntarios demédula ósea se inscriban actualmente en el Registro con un tipaje completo en alta resolución y de esta forma se acortan los tiempos de búsqueda de donantes compatibles”, comenta Ontañón. Gracias en parte a estos avances, “las donaciones efectivas de personas registradas en el Registro Español de Donantes de Médula Ósea (REDMO) han pasado de 34 a 276 anuales en sólo una década”. Aparte de los estudios de compatibilidad, bajo su punto de vista lo que más ha marcado el curso de las enfermedades que requieren un trasplante de órganos o de células progenitoras ha sido el desarrollo de inmunosupresores “y, cada vez más, la inmunoterapia, los tratamientos con anticuerpos monoclonales, CAR-T, etc.”. En el campo de la histocompatibilidad, continúa el facultativo, “la realización de trasplantes de células progenitoras sanguíneas conHLAhaploidéntico cuando no se puede encontrar un donante completamente compatible es quizá lo que más ha incidido en el tratamiento de pacientes oncohematológicos”. Una labor infravalorada Cabe señalar que España goza de una larga trayectoria como líder en transplantes y lo sigue siendo, de modo que el experto agradece “a los donantes, a la generosidad de personas que en momentos difíciles toman la decisión de donar órganos y a la de muchísimos jóvenesque se registrancomodonantespor si enalgún momento fuera necesaria una donación de células progenitoras de sangre para un paciente compatible”. Esta generosidad de la gente, “requiere un vehículo que la haga efectiva y para eso la Organización Nacional de Trasplante y la Fundación Josep Carreras, en coordinación con todos los Sistemas Sanitarios de la Comunidades Autónomas hacen un trabajo ejemplar”. De hecho, recuerda que “el ‘modelo español’ se ha exportado a otros países”. Sin embargo, hay espacio para la mejora para los especialistas, cuya principal demanda es “la faltade reconocimientode nuestra labor, que se traduce en un número escaso de plazas”. “La buena valoración de nuestro trabajo que manifiestan los profesionales de otras especialidades con los que tenemos un contacto más estrecho contrasta con las dificultades a la hora de implementar nuevas tecnologías y ofrecer nuevos servicios”, argumenta el investigador. Y es que, “las áreas de trabajo de los especialistas en Inmunología son muy variadas, tanto en el laboratorio como en la atención clínica directa”. Además, “algunas de las tareas más clásicas como autoinmunidad, inmunoquímica y en menor medida histocompatibilidad son llevadas a cabo en muchos centros por especialistas de otras disciplinas. Otras áreas, como el diagnóstico y tratamiento de inmunodeficiencias solo cuentan con unidades especializadas en grandes hospitales y en las de más reciente desarrollo como la inmunoterapia del cáncer, los tratamientos con CAR-T y otras, la participación de especialistas de inmunología es testimonial”, expone. En este tiempo en el que como consecuencia del Covid-19 no paramos de oír hablar de vacunas, inmunidad híbrida, anticuerpos neutralizantes, linfocitos de memoria, etc., considera que “se ha puesto de manifiesto la necesidad de que se formen más especialistas y que se creen servicios conpotencial de investigación y asistencia en una especialidad que es clave para la comprensión de la respuesta a las infecciones y el desarrollo de vacunas”. Asimismo, concluye recordando que en estos momentos está “en la punta de lanza del tratamiento oncológico”. “Las donaciones efectivas de personas registradas en el Registro Español de Donantes de Médula Ósea (REDMO) han pasado de 34 a 276 anuales en sólo una década”
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