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MÉDICO HOSPITALARIO
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roscopia son complicadas y
así es mucho más fácil”
. Para
unir estas dos características,
el da Vinci tiene una consola,
“y con ella el médico puede
alinear la vista y las manos,
de manera que tiene la sensa-
ción de operar con sus manos
dentro del enfermo, como si
la punta de los instrumentos fuesen sus dedos, por eso es muy
fácil de utilizar”
. El Da Vinci se puede emplear prácticamente
en cualquier tipo de especialidad: cirugía general, urología,
ginecología, cirugía pediátrica, torácica, cardíaca, plástica,
otorrino, etc., y en general toda especialidad que necesite
mucha precisión en la ejecución y en la sutura.
Los primeros daVinci se comercializaron en el año 1999/2000,
ahora van por la cuarta generación, y a partir de la tercera
ya se fueron incorporando una serie de nuevas tecnologías,
“como aplicar la fluorescencia para ver la vascularización de
los órganos. De la primera a la segunda se redujo un poco el
tamaño del robot, y la última generación ya es más diferente,
los brazos es como si colgaran del techo, con lo cual tienen más
movilidad y se pueden cambiar de posición durante la misma
intervención”
expone el director.
Inversión segura
Como el da Vinci convierte la laparoscopia en una cosa más
fácil de realizar por el médico,
“conseguimos que más médicos
puedan operar de unamaneramínimamente invasiva, y el último
beneficiado es el enfermo,
que en vez de que le tengan
que abrir de arriba abajo,
habrá más médicos que lo
puedan hacer mediante la-
paroscopia. Con el da Vinci
se reduce enormemente la
curva de aprendizaje. Al
ser mucho más preciso con
el robot, que te elimina el
temblor, las complicaciones
son mucho menores que
con la cirugía laparoscópica
normal. En determinado tipo
de intervenciones, como por
ejemplo la prostatectomía,
hay menos complicacio-
nes del tipo incontinencia
e impotencia que con lapa-
roscopia o cirugía abierta.
También se ha demostrado
que con el da Vinci la incor-
poración al trabajo se realiza
antes, la recuperación esmás
rápida”
, explica satisfecho
Comas.
“Al ser mucho más preciso
con el robot, que te elimina el
temblor, las complicaciones son
mucho menores que con la cirugía
laparoscópica normal”
En el mundo hay unos 3.200 robots, y en España hay 23 ins-
talados. Donde hay más es en el País Vasco, que cuenta con
cuatro en la sanidad pública y dos en la privada; en Cataluña
hay dos en la pública y dos en privada. Se trata de un reparto
desigual, tal y como nos cuenta Comas.
“En Madrid hay seis
o siete en la privada y uno en la pública. Y hay comunidades
donde no hay ninguno, en Andalucía hay dos, uno en Mallorca.
Están muy localizados. Ha habido años que hemos instalado
uno, y años que hemos instalado siete. Con todo el contexto
de crisis nos cuesta un poco más”.
Además de la formación quirúrgica que han de tener los
cirujanos, necesitan una formación de dos días sobre cómo
utilizar el aparato, que funciona de una manera muy intuitiva
y fácil. Así nos lo describe el director,
“se hace una parte con
el robot en el hospital, que es una formación teórica, y otra
parte práctica que se hace con animales, con cerdos, en un
centro experimental. Todo lo que hace el cirujano lo reprodu-
ce el robot, si el cirujano se equivoca el robot se equivoca, no
es inteligente, simplemente es un instrumento al servicio del
cirujano, que reproduce fielmente todo lo que hace, lo único
que hace es anular el temblor, es más preciso”.
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